Si quieres ser madre pero todavía no llega la persona adecuada o estás enfocada en tu carrera profesional, la vitrificación de óvulos puede ser la opción para ti. Qué fabuloso que conozcas a la persona con quieres compartir el resto de tu vida y formar una familia… Cuando las posibilidades de que esto suceda no son claras, más vale considerar las opciones que te permitan ser mamá cuando lo desees. La vitrificación de óvulos es una alternativa que te permitirá hacer planes a tu medida, sin esperar a que es destino intervenga.
Qué es la vitrificación de óvulos
De todas las técnicas y procesos que hay para tener hijos, este es muy sencillo. La vitrificación de óvulos consiste en la extracción de estos para que lo congelen por tiempo indefinido. Esto se realiza tras un estudio de fertilidad que incluye el recuento de tus óvulos y su calidad reproductiva. A partir de la congelación, tú podrás decidir cuándo ser madre, sin sentir la presión del reloj biológico, de la falta de una pareja o de una carga excesiva de trabajo.
¿Cuándo debe hacerse?
La cantidad de óvulos aptos para fertilizarse que producimos disminuye conforme pasa el tiempo. De hecho, esta cantidad empieza a disminuir a partir de los 27 años y a los 35 sólo queda un 10% de la reserva ovárica. Así que la vitrificación puede convertirse en un gran aliado para una mujer que sabe que en algún momento querrá tener hijos, pero no sabe cuándo. Incluso los expertos recomiendan llevarla a cabo a los 20 años pues es cuando los óvulos están en las mejores condiciones.
¿Es para ti?
Quizá ahora estudias la licenciatura o maestría o estás en pleno ascenso de tu carrera o simplemente te enfocas en otro aspecto de tu vida. El punto es que este proceso es muy recomendable si sabes que necesitas tiempo para ser mamá, pero no quieres que se reduzcan tus posibilidades de tener un hijo sano en el futuro. Incluso es utilizado por mujeres diagnosticadas con cáncer o que pasarán por alguna cirugía. De esta manera se aseguran de guardar sus óvulos sanos para el futuro.
