Acéptalo, el padre de tus hijos siempre va a serlo, te guste o no. El problema es que cuando hay conflictos con la pareja, se nos olvida ese PEQUEÑO detalle. Por desgracia, muchas parejas que terminaron mal, arrastran todos sus problemas hacia los hijos, haciendo que ellos paguen por algo que ni siquiera les compete. Lo malo es que les quitamos el derecho de convivir con su padre o de quererlo, sólo porque él ya no quiere tener nada con nosotras.
No seas egoísta
Ok, los problemas en la pareja son normales y toda pareja los tiene. Lo importante es ser lo suficientemente maduros, para entender que una cosa son los problemas que nosotros podamos tener con la pareja y algo completamente diferente es la relación que existe entre el padre y nuestros hijos.
Una persona madura aprende a separar los problemas de pareja con la relación que se merecen tener los hijos con su progenitor. Aprende a manejar por separado las cuestiones que hayan quedado sin resolver dentro de la relación de pareja, sin afectar la relación que existe entre los hijos y el padre.
Madres manipuladoras
Por el caso contrario, están las madres que no saben separar una cosa de otra. O mejor dicho, optan por usar a los hijos a modo de desquite para que el padre sufra por haberse ido de la casa o cualquiera que haya sido la decisión. A ellas realmente no les importa si los hijos quieren ver al padre o convivir con él, lo único que están buscando es hacerlo sufrir (al progenitor). Lo que no saben es que están violando los derechos de los hijos y del padre. En estos casos, él puede meter una demanda para pelear por ese derecho que les corresponde a él y los hijos.
Mantén una relación cordial con el padre de tus hijos
Lo mejor que puedes hacer es trabajar en tus problemas personales y todo lo que no quedó resuelto con el padre de tus hijos, para que esos problemas no interfieran en la relación que él tiene derecho a tener con ellos. Si de verdad amas a tus hijos, hazlo por ellos.