Rotura prematura de la placenta, ¿qué debes saber?

Cuando una mujer escucha que está embarazada, experimenta muchas emociones. Piensa en el nombre que le pondrá a su bebé o en cómo le gustaría vivir esta etapa. Sin embargo, ninguna mujer piensa en la rotura prematura que puede sufrir la placenta. Este es una eventualidad que podría presentarse, así que es conveniente estar informadas.

Infórmate sobre los riesgos

Para evitar cualquier susto es importante que te informes desde antes de que nazca tu bebé. Hacerlo te ayudará a conocer todos los riesgos que pueden presentarse. Es un hecho que a ninguna mujer le gustaría tener un embarazo complicado o riesgoso, sin embargo, conocer ayuda a que sepas cómo reaccionar.

La placenta lo protege

Es un órgano de vital importancia para el desarrollo del bebé. Dentro está el líquido amniótico que cubre al bebé dentro del útero. Ese saco le da los nutrientes necesarios al bebé, al igual que mantiene la temperatura adecuada y lo protege de lesiones. El problema surge cuando hay rotura prematura de ese saco. Al romperse se pierde líquido amniótico que resguarda al feto. La rotura puede suceder en cualquier momento del embarazo; aunque casi siempre sucede a partir de la semana 37, cuando el parto está cerca.

Rotura prematura de placenta

Aunque no se conoce la causa exacta, la comunidad médica señala estas como las más probables.

  • Infecciones en el útero o de transmisión sexual.
  • Hemorragia vaginal.
  • Antecedente de parto prematuro.
  • Exceso de líquido en la placenta.

El principal riesgo es el parto pretérmino, aunque también hay otros riesgos. Este puede aumentar el riesgo de infección grave de los tejidos de la placenta. También se puede presentar desprendimiento de placenta, compresión de cordón umbilical o infecciones posparto. Para saber qué hacer al respecto, acude a tus consultas de manera periódica. El médico se encargará de ayudarte a encontrar la mejor solución en caso de que tengas problemas con tu embarazo. Evita automedicarte o dejar cualquier problema a la ligera. Ante cualquier alteración, dolor agudo o hemorragia es preciso guardar la calma, avisar a algún familiar e ir al hospital.