¿Qué tan bueno es que liguen tus trompas cuando no has cumplido ni siquiera 30?

Lo que quiero es ser feliz. Tengo 28 y las trompas ligadas. Es frecuente que escuche a muchas personas cercanas decirme que sería una excelente madre. Dependiendo de la persona es mi reacción: una pequeña sonrisa sincera y una respuesta “mmmm” que no invita a más discusión, o una risa cordial seguida de un firme “NO”. “

No es que no me gusten los niños

Me encantan, no me malinterpreten: amo a los niños. Son graciosos, adorables, y (sobre todo) disfruto pasar tiempo con ellos. Pero sin duda, no los quiero. Y tengo multiples razones por las cuales no los quiero tener hijos.

No quiero tener hijos, pero esta es la presión social que siento de mi familia

Es simplemente que hay cosas que no quiero saber

Por ejemplo no quiero preocuparme por la dermatitis del pañal y el “tiempo de barriga” y no quiero saber qué es el cólico.

No quiero poner a un niño en la lista de espera de Kindergarten y no quiero decidir entre educación pública y privada. No quiero coordinar el abandono de la práctica de baloncesto con la recogida de clases de ballet, no quiero ayudar con la trigonometría, las tareas etc… Y definitivamente no quiero lidiar con un mini yo adolescente.

La verdad es que preferiría meterme agujas debajo de las uñas que angustiarme por averiguar cómo pagarle una buena universidad a mi hijo mientras todavía debo la hipoteca, la comida y hasta el viaje de carretera.

Cómo contestarle a las personas que se quejan de tu soltería

La verdad es que ya me da risa la reacción de la gente ante mi negativa de tener hijos

Sí, me divierte ver la cara de mis tías y más de mis tíos. Algunas voces insistentes me han dicho, te vas a arrepentir cuando conozcas al hombre indicado. Venga, no necesito que llegue el hombre adecuado para decidir si quiero o no ser madre. Creo que soy una persona perfectamente capaz de tomar decisiones.

Otros me salen con la chorrada de… Es que estar soltera está de moda. Cómo si ese fuese un impedimento para ser madre en estos días. Creo que se les olvida todas las técnicas in vitro y por supuesto la adopción.

Dos madres me han dicho: “No sabía qué era el amor antes de tener un bebé. Deberías reconsiderarlo.” Perdón pero si no conociste el amor antes de tus hijos, esa es la historia más triste que he escuchado. Entonces cómo les vas a enseñar a tus hijos o hijas a amar. ¿Tendrá que esperar a tener hijos?

Pero en este punto, no importa cuánto intente cambiar mi opinión porque la decisión se ha tomado de forma permanente.

En octubre pasado, pasé una mañana maravillosa con mi médico, durante la cual me realizó una ligadura de trompas. Sí, me ataron los tubos a los 28. Atar las trompas es una opción radical y acepto que en cuanto mi médico aceptó realizarme la intervención me dio un poco de pánico. Pensé en toda las opiniones externas y me dio miedo equivocarme. También pensé que quizás solo estaba queriendo verme rebelde. Después de dos días de reflexión al respecto, regrese a mi. Elegí una fecha para el procedimiento y listo ¡trompas atadas!

Sí, puede que pienses que lo hice todo mal

Pero aquí está la cosa. He pasado años cuidando que la vida que llevo sea realmente maravillosa para mi. Rodeandome de buenas personas, educadas y viajando. He tenido el tiempo de aprender de personas ciertamente más inteligentes que yo. Me despierto cada mañana y prendo la tele para ver una serie, porque se que nadie depende de mí para desayunar. De vez en cuando bebo cerveza en las noches y salgo a divertirme sin culpas. Estoy emocionada por que mis amigas empiecen a tener hijos porque prometo ser la tía que trae los regalos más caros a las fiestas, la tía que los va a sacar de viaje a los 15 y les dará su primera cerveza con el permiso de sus padres. A mi, me emociona ser esa mujer.

No soy una persona egoísta, lo sería al poner a alguien más dentro de esta ecuación de vida que llevo. La verdad es que solo estoy procurando mi felicidad, y si debo ser juzgada por toda mi familia por no traer a un pobre niño al mundo, que así sea. No me siento mejor que las chicas que sí son madres o lo quieren ser. Pero así como ellas quieren no ser juzgadas, yo no quiero serlo. Este es el camino que yo escojo, es quien quiero ser y no voy a detenerme por cumplir las expectativas de los demás.