La rutina de gimnasio que más me ha servido

Hace tiempo me inscribí al gimnasio para tener menos tiempo muerto entre clases. Sin embargo, esa decisión trajo cambios inesperados tanto en mi cuerpo como en mi físico. En poco más de seis meses comencé a moldear mi figura y mi masa muscular aumentó muchísimo. Por eso, si tú eres una chica delgadita que quiere aumentar sus curvas, te comparto la rutina con la que mejor me ha ido. ¿Estás lista para entrenar?

Cardio para iniciar

Cuando comencé a ir al gimnasio era muy muy flaquita; necesitaba subir de peso. Al principio no pensé que hacer ejercicio diera resultado, pero lo intenté. Desde el inicio mi entrenador me dijo que no podía hacer mucho cardio, por mi bajo peso. Por eso solo practicaba de 10 a 15 minutos en la bicicleta, a veces lo que hacía era correr por 15 minutos. Conforme ganaba peso iba aumentando el cardio hasta llegar a una hora.

¿Con peso o sin peso?

La rutina con la que comencé no incluía peso, pues necesitaba acostumbrar a mi cuerpo tanto a los movimientos como a los ejercicios. Fue hasta dos semanas después cuando empecé a incluir peso. Inicié con 2.5 kilos y cada una o dos semanas añadía un kilo. Eso sí, estos cambios siempre fueron supervisados por mi entrenador. De esa manera jamás tuve un accidente con mis músculos o mis articulaciones. Al inicio, cuando entrenaba sin peso, vi cambios muy pequeños, como tener más energía todos los días, menos cansancio y una figura un poquito más torneada. No obstante, cuando comencé a usar pesas, la rutina se me hizo más intensa. Por ello, creo que lo mejor es siempre utilizar peso.

Sentadillas

Uno de los ejercicios que siempre incluía en mis rutinas eran las sentadillas. Generalmente hacía 4 series de 25 a 30 repeticiones. Sin embargo, no las hacía de manera continua; es decir, hacia una serie y después trabaja otra parte del cuerpo.

Abductores para las piernas

Para esculpir mis piernas no hubo una máquina mejor que la de abductores. Con ella logré que la apariencia de mis piernas fuera más voluminosa. Además, tenía más fuerza de lo normal. También me permitía trabajar los glúteos, por lo que se veían un poco más redonditos. En esta máquina hacía 4 series de 25 repeticiones. También realizaba la abducción en la parte interna de las piernas. De esa manera trabajaba todos los músculos. La verdad es que mis piernas quedaban adoloridas después de ir al gym, pero créeme, valía la pena. No solo por mi aspecto físico, sino por los beneficios que traía a mi salud:

  • Menos cansancio.
  • Conciliaba mejor el sueño.
  • Mi mente se mantenía despejada por más tiempo.
  • Era una buena manera de lidiar con el estrés.
  • Aumentó mi habilidad y resistencia durante el sexo.

Te aseguro que si haces del ejercicio un hábito, te encantarán los resultados.