Desde que era pequeña, mi madre me enseñó la importancia de cuidar mi salud. En este sentido siempre me habló claramente acerca de las enfermedades de transmisión sexual, las infecciones y virus que podía padecer en caso de no cuidarme. Así mismo, me enseñó la importancia de ir con mi ginecólogo periódicamente para detectar alguna anomalía a tiempo y tener un tratamiento adecuado. Sin embargo, entiendo que para muchas chicas elegir un ginecólogo sea todo un tema. No obstante, es algo que debes hacer sí o sí, te cuento cómo lo hice yo.
Seguridad social o sector privado
Una de las primeras decisiones que tuve que tomar fue quedarme en el sector privado o ir al seguro. Obviamente tenía el seguro que me cubría por parte de mis padres y el seguro por parte de la escuela. En este sentido, las primeras revisiones ginecológicas que tuve fueron con un doctor por parte del seguro de mis padres. En general fue una experiencia muy tranquila. Además, las primeras veces iba en compañía de mi mamá para sentirme más tranquila. No obstante, me percaté de que las citas se agendaban con días de retraso y a veces tenía que faltar a la escuela para ir a mis citas. En cambio, en el sector privado podían agendarme una cita con base en mi horario. Por ello antes de elegir te recomiendo que pienses en los siguientes aspectos.
- Costos del ginecólogo privado: la salud es una inversión y no un gasto, por ello, no deberías escatimar recursos en cuanto a ello.
- Calidad de atención que te brindan en ambos lugares.
- Formación escolar y práctica de los doctores que te atienden.
- Tiempo de espera para análisis y procedimientos quirúrgicos.
El género de tu doctor realmente no importa
Una cosa que siempre escuché era que las mujeres preferían atenderse con ginecólogas. Sin embargo, nunca entendí por qué les daba tanto miedo o pena que un hombre las atendiese. En este sentido, debemos entender que se trata de un profesional que realiza su trabajo de forma profesional y respetuosa. Así mismo, lo que debería preocuparnos más es su preparación y conocimientos en general. No obstante, también comprendo a la chicas que se sienten más cómodas al tener una ginecóloga.
Debes entender que es un profesional y no una persona que quiera juzgarte
Finalmente, decidí cuidarme en una clínica privada. En ella, la mayoría son doctoras por lo que es un poco más cómodo. Durante las primeras citas siempre pensaba que había cosas de las que no quería hablar. Sin embargo, después entendí que cada cosa que le ocultara a mi doctora, sería un riesgo para mi salud. Así mismo, comprendí que se trata de una profesionista que realiza su trabajo y no una persona que me juzgará por lo que he hecho o no. Por ello nunca le mientas a tu doctor, así mismo plantea todas las preguntas que tengas por más simples que te parezcan.
Si hay algo que no te gusta, puedes cambiar de doctor
He tenido una o dos malas experiencias en cuanto a análisis y procedimientos quirúrgicos. Por tanto, puedo decirte con toda seguridad que cuando ya no te sientes cómoda con esa doctora o esa clínica, lo mejor es irte. Recuerda que estás buscando tu bienestar tanto físico como emocional, y si en esa clínica no pueden atenderte con el respeto y profesionalismo suficiente, no vale la pena. Cuando eso pase, es momento de buscar a otro especialista para atenderte.