Durante nuestra vida, los chequeos clínicos son importantes. Cuando los hacemos de manera oportuna nos permiten saber si hay algo mal en nuestro cuerpo. De lo contrario, podríamos tener complicaciones difíciles de solucionar. Lo mismo sucede en el embarazo, en donde los chequeos tienen que seguirse al pie de la letra por tu bien y el de tu bebé.
Inicio del embarazo
Entre más pronto sepas que estás embarazada será mejor para tu salud y la de tu bebé. En el primer chequeo que tengas la revisión será minuciosa, pues se necesita conocer toda tu historia clínica y tus antecedentes familiares. De este modo el doctor sabrá si eres propensa a padecer alguna enfermedad crónica o qué problemas hay para saber si podrías presentar alguna complicación en el embarazo. Además de conocer los antecedentes médicos tuyos y de tu familia, se te hará un examen ginecológico. También se revisan tu peso, corazón y presión arterial.
Conocer más es importante
Como parte de los estudios se incluye una prueba de sangre que ayudará a conocer tu grupo sanguíneo y a descartar ETS como el VIH o hepatitis C. También conocerás el desempeño de tus plaquetas. Por otra parte, el análisis de orina permite saber si hay algún componente en tu cuerpo que pueda causar problemas.
Chequeos siguientes
- Cuarto mes. El examen ginecológico sigue siendo necesario para saber que el cuello uterino está en buenas condiciones. Si el médico nota alguna anomalía podría pedirte una prueba de sangre.
- Quinto mes. La ecografía ayuda a ver si el bebé está bien o presenta alguna malformación. El médico puede proponerte hacer un análisis sanguíneo para la trisonomía 21 (relacionado con el síndrome de Down). Para este momento ya es posible conocer el sexo de tu bebé.
- Sexto mes. Se realiza una prueba para descartar hepatitis o diabetes. También se estudian las aglutininas (anticuerpos) irregulares en mujeres con Rh negativo. Si tu Rh es negativo y el de tu pareja positivo, te pondrán una vacuna.
- Octavo mes. Se realiza un examen en la pelvis para preparar el parto.
Las consultas deben existir desde el principio del embarazo para detectar cualquier problema a tiempo.