Admito que nunca he sido fan de ir al gimnasio. Siempre que iba era movida por mi hermana, porque de lo contrario ni de chiste me paraba ahí. La primera vez que me animé a ir sola, fue a principios de 2017. Sin embargo, por motivos de fuerza mayor (se los juro) abandoné la mayor época fitness que he tenido. Este año, mi roomie y yo acordamos hacer ejercicio en casa… Y esta es nuestra historia.
Antecedentes…
Como mi roomie me odiará por compartir nuestra historia, durante este texto la llamaremos La Pucha (chiste local). Les platico que La Pucha pertenece una familia de atletas. Sí, todos en su familia practican algún deporte o disciplina. De hecho, su madre es una profesional en yoga, mientras que su hermano en baloncesto. La Pucha es todo lo contrario, no es amante del ejercicio. En mi caso podemos decir que tengo antecedentes en la danza, específicamente en hawaiano, jazz y ballet. No obstante, la dejé en la adolescencia para estudiar inglés porque no era pésima en ese idioma, sino lo que le sigue. Sin embargo, en esa etapa de mi vida, mi hermana, que en ese entonces era fitness, me “motivaba” a ir al gimnasio o a salir a caminar no recuerdo cuántos kilómetros.
¿Por qué en casa?
Siendo conscientes de nuestras inexistentes vidas como deportistas, pero sobre todo aceptando que tenemos la necesidad de ejercitarnos, decimos decirle sí a una rutina en casa. Tengo que subrayar que optamos por ejercitarnos en casa por dos motivos: economía y falta de condición. Es decir, en este momento no podemos pagar un gimnasio y también sabemos que no estamos listas para hacer horas de ejercicio. Así que ejercitarnos en casa nos permite ajustar nuestra situación financiera y ganar condición física, para luego ir al gimnasio.
Tipo de rutina
Desde hace un tiempo me volví fan de la youtuber Patry Jordan, quien hace videos sobre rutinas de ejercicio. De hecho, luego de dejar el gimnasio el año pasado, empecé a hacer sus rutinas y me encantaron. Así que le propuse a mi roomie que nos ejercitáramos con Paty. La mujer es una maravilla e incluso tiene un calendario de ejercicios para principiantes. Ya que ganas condición, pues hacer los planes mensuales de ejercicio. Y lo mejor es que te puedes inscribir sin costo alguno. Sé que parecerá que estoy promocionado a la youtuber, pero no lo es, en dado caso es una recomendación.
¡Aquí vamos!
Las primeras semanas estuvieron leves porque las rutinas fueron del calendario de principiantes. Pero eso no quiere decir que no sean efectivas. De hecho, la Pucha y yo sentimos dolorcito y esa sensación de ardor, señales de que el ejercicio está funcionando. Este calendario se divide de la siguiente manera: dos días (lunes y viernes) se ejercita todo el cuerpo, tres días (martes, jueves y sábado) se trabaja el core y dos días (miércoles) se ejercitan piernas y se hace cardio. El domingo es el día de recuperación. Si lo deseas, puedes compartir tus avances en tus redes sociales, usando el hashtag #GYMVIRTUALPRINCIPIANTES.
Las cosas se ponen rudas
Con el paso de las semanas las rutinas se han vuelto más largas y, por consecuencia, más pesadas e intensas. Pero justamente por eso la Pucha y yo reafirmamos nuestros objetivos: ejercitarnos, ganar condición y ponernos en forma. Eso sí, hay que ser honestas, si ha habido días en los que tiramos la toalla; sin embargo, al día siguiente hacemos dos rutinas. ¿Es lo correcto? No, lo mejor es ejercitarse diariamente…
¿Mi roomie yo hemos vivido cambios?
¡Claro! Para empezar, hemos ganado resistencia y condición física, o al menos eso creemos. Pero eso no nos ha salido gratis, ya que algunas rutinas nos destrozan. En lo personal, las rutinas de piernas, específicamente las sentadillas, me matan. Dejando el dolor de lado, te puedo decir que hacer ejercicio nos ayuda a relajarnos. Sucede que al ejercitarte tu mente queda en blanco y sólo te enfocas en continuar, aunque te sientas cansada. Esto te ayuda a olvidarte de todo y simplemente le dices adiós a los pendientes, adiós a las preocupaciones y adiós al estrés. Es un momento para ti. Cuando hacemos los estiramientos y ejercicios de relajación el cuerpo y la mente se relajan aún más.
¡Haz ejercicio!
Sí, la Pucha y yo estamos ejercitándonos en casa eso quiere decir algo: ¡igual puedes hacerlo! A mí me está ayudando a ejercitarme con mi rommie, ya que ambas nos motivamos y reímos de las ocurrencias de la otra. Es como descubrir otra cara del ejercicio, la cual no está gustando. Así que mi dos consejos son los siguientes: encuentra un tipo de ejercicio o rutinas con las que te sientas cómoda y empieza poco a poco. “Más vale lento, pero seguro”. Y finalmente ¡disfruta del ejercicio! Sí, disfrútalo porque tu cuerpo y tú lo necesitan, lo merecen. Mira que te lo dice una chica que para nada era fan del hacer rutinas, pero le está empezando a encantar.