Todas hemos pasado por esas horribles ocasiones en que los nervios nos traicionan y nuestro cerebro empieza a divagar y a hacer de las suyas.
Ahora imagínate lo que te afectan esos nervios cuando vas camino al altar.
Checa lo que vivieron estas 14 personas antes de que te pase a ti también.
Los románticos
- “Pensaba que no lo iba a lograr. Nos la pasamos peleando hasta que llegamos al altar y el sacerdote empezó a hablar. ¡Pasamos nuestra noche de bodas separados! Ya llevamos un año juntos y tenemos un matrimonio increíblemente fuerte. ¡Nadie se imagina lo mal que nos llevábamos!”.
- “Mi esposa y yo esperamos 7 años para casarnos y creo que no podría ser más feliz. Estoy convencido de que cuando dijimos nuestros votos realmente los sentíamos. No tengo nada más de qué preocuparme en la vida”.
- “Me casé hace apenas 10 días, mientras caminaba mi esposo empezó a llorar. Realmente tuve que resistir el impulso de soltar a mi papá y correr a consolarlo. Pero me porté bien y como buena novia seguí las reglas”.
Los divertidos
- “Todo el tiempo que pasé diciendo mis votos estaba pensando: ‘¡Guau! Mi abuela estaría superorgullosa'”.
- “Estaba tan deprimida porque ciertos invitados cancelaron el mismo día de mi boda, que se me hizo fácil tomar algunos shots antes de decir mis votos. No estaba borracha, pero sí muy feliz”.
- “Cuando vi a mi esposa caminar hacia el altar, lo único que podía pensar era lo horrible que se le veía el vestido. ¡Ups!”.
- “Cuando me estaba casando, el sacerdote me tuvo que preguntar si realmente estaba segura de lo que estaba haciendo porque mi marido no dejó de hacer bromas en toda la ceremonia. No cabe duda, amo hasta su sentido del humor”.
- “Hace dos años, mientras caminaba hacia el altar, lo único que quería hacer era echarme a correr”.
- “¿Conocen las erecciones incómodas? Tuve una de esas cuando vi a mi esposa caminando hacia el altar”.
Los arrepentidos
- “Me arrepiento de haberme casado. Estaba pensando en ti mientras decía mis votos. Debiste haber sido tú en vez de él”.
- “Tenía muchas dudas en el día de mi boda. Llevamos 4 años juntos y sigo sin saber si tomé la decisión correcta”.
- “El día de mi boda tenía la esperanza de que mi ex llegara y se opusiera a mi unión, pero nadie lo sabe. Todo el mundo cree que lloraba de emoción. Aun ahora sigo enamorada de dos hombres y no merezco a ninguno”.
- “Cuando vi a mi esposa caminando hacia mí, empecé a llorar. Pero no fue por verla, en ese momento supe que jamás iba a volver a salir de fiesta. ¿Cómo no voy a llorar?”.
- “Caminé hasta el altar sabiendo que no debía casarme contigo. Ya pasaron dos años desde que nos divorciamos, más tiempo que lo que duramos casados. Se siente como volver a vivir porque esa relación simplemente no era vida”.
Tú, ¿qué pensaste al ver a tu marido?