¿Te has puesto a pensar en qué tantas cosas has logrado a estas alturas de la vida? La llamada generación millennial es la que se ha estancado y se dedica a vivir al día. Comparado con nuestros padres, nosotros no tenemos nada, solo experiencias, viajes y dinero gastado en conciertos, comida u otros caprichos. No nos hemos puesto a ver el trasfondo de la realidad que nos espera a la vuelta de la esquina. Pocos son los que han logrado cortar el cordón umbilical de su familia. La mayoría seguimos dependiendo de nuestros padres de alguna manera.
Ayuda financiera de los padres
La mayoría de jóvenes entre los 21 y 37 años siguen recibiendo ayuda financiera por parte de sus padres o algún familiar. Esos datos fueron reportados por Country Financial en 2018. Entre todo el aporte económico que hacían, estaba el pago del servicio celular, víveres o combustible, pago de la renta o seguro de gastos médicos. Otro estudio advierte que muchos jóvenes aseguraron que sin la ayuda de sus padres no podrían tener un estilo de vida “aceptable”. Además, los millennials que ya tienen familia, sufren estrés por no tener el suficiente dinero para mantenerse a sí mismos y a sus parientes.
La vida en pago a meses
Muchos jóvenes buscan una buena educación y recurren a las escuelas particulares. Lo malo es que, cuando no hay un ahorro económico, el gasto de momento es inmenso. La mayoría no puede desembolsar esas exuberantes cantidades mes con mes. Las escuelas ofrecen pagos diferidos, pero si uno se atrasa con los pagos, la deuda se hace interminable. Para muchos, graduarse es complicado mientras la deuda exista. Por eso no pueden cortar el cordón umbilical con su familia, pues la que los apoya.
Para que los jóvenes logren cortar el cordón umbilical necesitan una cultura del ahorro. Así, desde pequeños, ellos irían guardando algo para que tengan un futuro mejor. Además, de grandes, sabrían que no deben gastar todo su dinero en cosas momentáneas.