Es extraña la mujer que llega a sentirse lo suficientemente confiada para meterse a una clase de ejercicio sola. Muchas veces sentimos cierto temor al entrar a una habitación llena de mujeres en buena forma. No obstante, eso no tiene por que ser una excusa para que no hagas ejercicio. Esta es una forma de sentirte más confiada en el gimnasio o en la clase a la que pretendas entrar. Dale la vuelta a los miedos más comunes que nos angustian en el gimnasio.
“Me inquieta verme como una tonta en las máquinas de ejercicio”
Es un miedo de lo más común. De hecho, todas las personas que practicamos pesas y hemos estado en diferentes gimnasios alguna vez pasamos por este problema. No te estreses, apóyate en los entrenadores que para eso están. Parte del servicio en un gimnasio es la atención dada por los entrenadores. Tranquila, si te sientes muy tímida no hay más que pararte al lado de la máquina y leer las instrucciones. Hasta hoy, no he encontrado una sola máquina que no venga con imágenes e instrucciones. Finalmente, también tienes a tu mejor amigo Google que puede sacarte de cualquier problema al instante.
“No podré seguir los pasos de baile en el salón”
Al principio será normal que no ejecutes los pasos. Sin embargo, quitarte la pena es el paso uno. Concéntrate durante la clase, te aseguro que nadie lo hace bien a la primera. Además, recuerda que la constancia con la que vayas a bailar te hará más hábil. Que no te dé pena, todas empezaron a bailar de esa forma.
“No tengo entrenamiento, así que no sé qué hacer”
¿Sabes qué es lo más maravilloso de esta época? Que prácticamente tienes una rutina para cada día con solo abrir YouTube o Instagram. Así que dedica un tiempo para ver videos de diferentes entrenadores hasta que encuentres uno que te convenza, anota la rutina y corre al gimnasio. Esta es una época donde las excusas no existen.
“Voy a caerme de la caminadora o a hacer el ridículo”
Sentirte más confiada dentro de un gym solo requiere respirar y no fijarte en los demás. Realmente son muy pocas las personas que se fijan en las demás dentro de un gimnasio. Están más preocupadas por sí mismas que por quienes las rodean. No tengas miedo de caerte de la caminadora, corre o camina a tu paso. Finalmente la máquina tiene un enorme interruptor rojo que puedes usar en el peor de los casos.
¿Lista para correr a tus clases o al gimnasio?