Porque aunque hagas ejercicio no bajas de peso

Los kilos se quedan si comes de más. Hablar de bajar de peso siempre es una platica que prefiero dejar de lado. Todas las personas que me conocen bien, saben que soy una mujer que siempre hace mucho ejercicio. No obstante, hubo un tiempo hace poco que descuide mi alimentación. Y oh sorpresa, a pesar que que hagas mucho ejercicio y de forma super intensa. Cuando no tienes una buena alimentación es difícil ver resultados.

Fit pero no tanto

Durante un tiempo no quise aceptar la realidad, estaba sumamente deprimida. Comencé a encerrarme mucho, deje de ver y buscar a mis amigos cercanos. A todo esto, mi escape era la comida. Sumándole a esto que en México donde yo vivo, las madres y abuelas en casa piensan todavía que estar delgada es signo de enfermedad. Por lo que un plato de más a la hora de la comida no le cae mal a nadie. La comida era mi refugio y a pesar de que yo vivía mis tardes en el gimnasio y no se me notaba mucho los kilos de más. Yo los sentía.

Para bailar ballet hay que ser muy delgada ¿cierto o falso?

Salía de bañarme a cubrirme inmediatamente

Llego un momento de ese lapso de tiempo en el que yo deje de verme al espejo. No quería ver la grasa extra que traía cargando, ni la ceja mal hecha que traía. Mucho menos el desastre de cabello que me acongojaba cada mañana. Me vestía con ropa grande y pasaba la mayor parte de mi tiempo libre queriendo dormir. Estaba bastante triste pero no era capaz de comunicárselo a nadie. En cambio había papitas, helado y gomitas debajo de mi cama. Todo para hacerme sentir mejor.

Ejercicios utilizando la escalera de tu casa

Hasta que un día

decidí que ya no más. Me iba a parar de esa cama e iba a dejar de ser la víctima de las gomitas. Suena como algo muy tonto, pero en realidad me molestaba no tener a la mano mis gomitas preferidas. Llegó a ser tanta mi obsesión que tenía como 16 bolsas de diferentes gomitas en mis cajoneras para cuando se me apeteciera tener un gustito. Gracias a dios mi obsesión no se combinó con el alcohol porque eso hubiera sido desastroso. Comencé esa misma noche a cenar verduras.

El buen camino no es tan sencillo

La cosa es que empiezas la dieta y te sientes super motivada. Pero siempre pasa que después de los primeros 4 kilos de ajuste, tu cuerpo comienza a jugar contigo. Se va a defender y va a querer ganar el peso que tenías antes. Pero ese no es el problema. El problema es que vemos la dieta como una tortura, no como una nueva forma de comer. Cuando comencé mi dieta acudi a un profesional. Me enfade después de los primeros kilos, porque sabía que no podría volver a comerme la cantidad de gomitas que comía hacía unos meses. ¡Si ya sé, de vuelta a las gomitas! ja ja ja

Cómo saber que estás ante una dieta peligro

Cambia tu forma de pensar

Lo bueno de una dieta es que en el mejor de los casos te cambia nuevamente el chip. Pero para ello tienes que poner tu salud como una prioridad. Pues más allá de entrar en nuevos jeans y vestidos más entallados. La verdad es que es difícil escoger una ensalada a una buena pasta con camarones. Recordé esto cuando estaba en un date, estábamos cenando. Entonces por alguna extraña coincidencia del destino, me encontré a una chica a la que le había dado clases de danza hacía muchos años. Esta chica me conoció en mi mejor forma. Se acercó a la mesa y habló maravillas de mis clases. Golpe del destino, me hizo acordarme que por esas fechas mis decisiones alimenticias giraban en torno a mi salud. No tanto a entrar o no en un vestido o a lucir delgada. 

Para mi esa es la clave del éxito de una dieta. Cambiar de hábitos por buscar una mejor salud, eso para mi ha sido la clave para restaurar mi cuerpo y no solo eso. También mi salud mental. Aceptar que no estas bien tampoco es sencillo, mucho menos cuando hay tantas personas que satanizan la terapia. Ahora me encuentro en mejor camino, uno bueno al menos eso es lo que me dice la báscula y la psicóloga.