Uno de los aspectos con los que los padres más batallan es la alimentación de sus hijos. No saben si es bueno dejar que coman lo que quieran o forzarlos a comer sanamente. En principio, obligar a los niños a algo es lo peor que podemos hacer, pues invariablemente terminarán haciendo lo contrario, ¿o no? Sin embargo, cuando se trata de la comida, pareciera que no hay opciones. Sigue leyendo y descubre cómo manejar esta situación.
¿Hacer de la comida una obligación?
Cuando obligas a una persona a hacer algo, automáticamente haces que lo asocie con algo malo o desagradable. Bueno, pues es peor con un niño, pues se encuentra en un proceso muy importante de aprendizaje y desarrollo. Si él asocia la comida con una obligación, terminará teniendo problemas de alimentación en su vida adulta. Por ello es necesario enseñarle que comer es un hábito necesario e inclusive divertido.
Enséñale a apreciar la comida
Lo mejor que puedes hacer por tu pequeño es despertar su curiosidad. De esa forma siempre querrá aprender sin importar el área de conocimiento. Aprovecha esto a la hora de la comida. Pon a su alcance frutas y vegetales, permítele que los toque y que inclusive los pruebe. De ese modo le serán familiares y cuando coma no te pondrá ningún pero.
Cocina junto a él
Si involucras a tu hijo en el proceso de cocinar, créeme que automáticamente querrá comer. Conforme preparen los alimentos irá probando algunos ingredientes, y cuando todo esté listo ansiará comérselo. Asimismo le estarás enseñando a ser autosuficiente y a preparar sus cosas. Además, cocinar juntos refuerza los lazos entre ustedes.
No lo obligues a comer lo que no le gusta
Hay alimentos que no le gustarán y no podrás cambiarlo. Lo peor que puedes hacer es obligarlo a comerlos, porque lo único que lograrás es que los odie aún más. Por ello la recomendación es dejar que se acerque a ellos por su propia cuenta. En algún punto los probará, y si no lo presionas quizá terminen gustándole.
¿Tu hijo come de todo?