No hay dieta que pueda ayudarte si tu problema es emocional

Me gustaría contarte cómo fue que después de varios años de seguir dietas y buscar un cuerpo perfecto, termine encontrándome a mi misma. Nunca fui la chica gordita a decir verdad siempre he sido la chica atlética y aunque usted no lo crea también las flacas y musculosas podemos tener problemas con nuestra alimentación. Todo se resume siempre a un problema emocional.

 

¿Cómo le haces para tener ese cuerpo?

Sí me dieran una moneda cada vez que me han preguntado esto. Aunque la gente por fuera crea que todo ha sido perfecto por tener un cuerpo bonito, la verdad es que al igual que todas las mujeres he tenido problemas con mi alimentación. Cuando era apenas una niña me bulleaban por tener brazos musculosos y piernas grandes. Después de recibir apodos cómo hércules en la escuela, comencé a refugiarme tras los dulces y las barras de chocolate. Nunca engorde demasiado puesto que hacia bastante ejercicio, pero mis dientes sufrieron las consecuencias. A los 15 tenía prácticamente todos los dientes con caries.

Atlética pero con problemas alimenticios

En algún momento de mi vida comencé a adoptar medidas drásticas para bajar de peso. Me sentía muy insegura con la figura que tenía. Nunca llegue a tener anorexia ni bulimia, aunque puedo asegurar que los roce de una forma espectacular. Con el tiempo me di cuenta que cada vez que yo tenía un problema emocional, terminaba reflejandolo con alguna dieta o mal habito. Las chicas que se sentían inseguras con sus cuerpos, me hacían sentir aún más insegura. Durante la preparatoria yo tenía un cuerpo espectacular. Me podía mover a una velocidad impresionante, subía paredes de un solo brinco, podía brincar con tres vueltas en el aire durante mis practicas de patinaje. Cuidaba mucho lo que comía, porque después del colegio tenía practica y sabia que si comía de más podía acabar vomitando.

¿Eres anoréxica?

Muchas de mis amigas tenían pésimos hábitos alimenticios. Se comían el mundo con una coca y a veces un cigarrillo. Yo me rehusaba a comer sopas instantáneas ,sodas y sobretodo a fumar. Mi maestra de atletismo nos tenía prohibidos algunos alimentos sobretodo los procesados. Sin embargo durante mucho tiempo mis amigas y compañeras se burlaban de mi. Diciendo que seguro era anoréxica y que un cigarrillo no me iba a matar. Durante muchos años vi furia y hasta odio en los ojos de mis amigas hacia mi cintura, mis piernas, etc…Es aterrador ser el saco de box de las inseguridades de otras chicas. Sobretodo cuando tienes apenas 16 años y tu autoestima no anda del todo bien.

Analiza qué te pasa y la respuesta no es que el helado este azucarado

Soy una chica muy analítica, así fue como me di cuenta que las chicas con peores hábitos de alimentación tenían algo en común. Todas tenían algo que reprimir, así se privaban con papitas, comida chatarra, coca y cigarrillos. Con el tiempo ascendieron a alcohol, empeorando el problema. La comida no era el problema, fue algo revelador. Durante mucho tiempo vi como mis amigas se peleaban con la comida. dietas, pastilllas y medidas extremas aumentaban cada vez más con problemas de baja autoestima, carencias emocionales y afectivas. Hasta el día de hoy puedo asegurar que no importa la dieta que lleven o cuantos kilos bajen. Al final el resultado es siempre el mismo. Volver a empezar, bajar los kilos de tristeza, inseguridad y miedo que ellas mismas generan.

No me gusta hablar de alimentación

Porque todas mis amigas creen tener la formula perfecta, el detox adecuado, la cantidad de verdura o comida ideal. Es triste que toda tu vida gire en torno a la comida, sobretodo si tienes una pésima relación con la comida. El día de hoy cuando me preguntan cómo consigo tener este maravilloso cuerpo que tengo. Les digo que por las mañanas tomo un vaso de agua y le agradezco al universo por estar sana y poder comer, beber, correr, amar,respirar etc… Durante el día como lo que necesito y evito consumir alimentos solo por sentirme ansiosa, triste o sola. Cuando tengo antojos, me pregunto lo que estoy sintiendo. Y claro de vez en cuando me doy gustitos. Pero casi todo el tiempo busco darle a mi cuerpo alimentos con vida, en cantidades adecuadas. No hay gran ciencia en medir porciones o comer más sano. El verdadero trabajo es estar bien contigo misma. 

El cambio viene cuando dejas de prestarle tanta atención a tus rollitos de más, a la cantidad de pizza que te comiste. Es cuando dejas de culparte por que se te antojo un pastel y te lo comiste. Pero sobre todo es cuando le das a tu cuerpo la cantidad de amor que necesita para vivir. Y dejas esas bolsitas de odio fuera de tu alcance. En mi opinión, no hay dieta que funcione para cualquier chica si el problema