En México consumimos el amaranto en su forma más dulce: como alegría. Esas barras de semillas reventadas de amaranto endulzadas con miel y aderezadas con pasitas, nueces y pepitas. Más allá de su sabor suave y delicioso, este cereal nos brinda grandes beneficios que vale la pena conocer. No solo te nutre, también te embellece. Aquí te mostramos algunos.
El mejor alimento
La Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos consideró al amaranto como el mejor alimento de origen vegetal para consumo humano, tras un estudio de 36 cultivos. Y con toda la razón, pues este grano contiene el doble de proteínas que el arroz y el maíz, y de 60 a 80 por ciento más que el trigo. En 100 gramos de amaranto encuentras 14 g de proteína, 7 de fibra y muy pocas grasas. A nivel nutricional, es la semilla que tiene más concentración de proteínas. Según la FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS), sobre un valor proteico ideal de 100, el amaranto tiene 75, la leche de vaca 72, la soja 68 y el trigo 60.
Te embellece
Y también es el alimento más completo. Además, de las proteínas, contiene vitaminas y minerales y alta presencia de aminoácidos esenciales. Uno de estos, la lisina, garantiza la función adecuada de calcio, por lo que te da huesos fuertes. Contribuye a la formación de colágeno, la fibra de sostén de la epidermis que aporta tonicidad a tu piel. También repara las células dañadas por los efectos de los radicales libres. Es decir, retrasa el envejecimiento prematuro. O sea más lisina en tu dieta, más bella te mantienes.
Cómo recibir sus propiedades
Añadirlo a tu dieta es muy fácil. Puedes espolvorear dos cucharaditas de amaranto al cereal del desayuno, a licuados o yogur. También en forma de granola y barras de alegría. Si vas a preparar pan, galletas, pasteles o hotcakes, enriquece la harina sustituyendo un tercio por amaranto entero o en harina.
El valor medicinal del amaranto
Gracias a su enorme valor nutricional el amaranto es muy apreciado en la gastronomía. En México se prepara el platillo de huauzontles, llamado igual que la familia de esta planta. Es un guisado de las ramas con frutos que se capea y se cocina en caldillo de jitomate. El amaranto también se consume en otros países latinoamericanos, entre ellos Perú y Bolivia. En el México prehispánico se cultivaba para alimentar familias completas de todos los estratos sociales.
Su valor medicinal está casi al parejo que el medicinal. Un reciente estudio mostró que una gelatina elaborada con fibra derivada del amaranto, nopal y brócoli, previene el cáncer de colon. A menudo se sugiere incluirla en la dieta de pacientes con hipertensión arterial, insuficiencia renal y hepática, pues ayuda a su recuperación. De igual modo beneficia a pacientes que sufren anemia y diabetes.