Cuando las emociones dominan tu vida existen consecuencias bastante rotundas. Engordar es una de ellas, aunque no lo quieras. Existen emociones que te hacen engordar, y es más común que en las mujeres. Conócelas y evita que estas dominen parte de tu vida.
Recuerda que la inteligencia emocional en una mujer es una parte muy importante para tener una vida tranquila. Después de todo, nunca debemos dejar que nuestras emociones dominen nuestra existencia. El descontrol que ello acarrearía te afectaría de diversas formas. Tanto físicamente como emocionalmente. Estas tres emociones no solo son las culpables de que engordemos; de hecho, pueden ser la causa de un sinfín de males. Es frecuente que cuando te encuentras desequilibrada emocionalmente, físicamente tu cuerpo también lo resiente.
Ansiedad
Dirigir tu ansiedad hacia la comida es mucho más frecuente de lo que piensas. Recuerda qué fue lo que hiciste la última vez que tuviste ansiedad. Hay muy pocas chicas que recurren a soluciones efectivas cuando este mal las aqueja. Consejo de vida: comienza a hacer más ejercicio y no dejes que la ansiedad gobierne tu vida. De este modo eliminarás la ansiedad y te mantendrás en forma. La ansiedad puede llevar a cualquier persona a lugares muy oscuros, pero hay formas en las que puedes deshacerte de ella. ¿Qué esperas? ¡Haz algo por tu salud mental!
Frustración
Cuando te hacen enojar o algún proyecto no salió como tu querías, ¿qué haces? ¿comes? Lo platicamos en varios artículos; el sobrepeso no solo es un mal que aqueje físicamente; de hecho, provienen de un lugar más oscuro. La frustración es veneno para la mente y el cuerpo. Déjala ir, es momento de que aprendas a soltar todo eso que no te sirve para nada. Primero debes reconocerla y después hacer un esfuerzo consciente para sacarla de tu mente. Ya sea mediante ejercicio o hablándolo con alguien de confianza.
Estrés
Hoy en día es imposible huir completamente del estrés. De hecho, hay personas que sin el estrés, ¡se estresan! Es lo más ridículo, lo sé pero es la realidad. Esta es de las emociones que te hacen engordar sin que tú quieras, pues cuando algo empieza incomodarnos el refugio más cercano siempre es la comida. Varios psicólogos alegan que la comida es usada como un sustituto de amor en las personas con desórdenes alimenticios.
Llenar el vacío con comida nunca va a ser la mejor solución. Antes de que la comida y tus emociones devoren la voluntad que tienes, toma conciencia de que no estás comiendo porque tengas hambre. Antes de dar la primera mordida, piensa y responde a la pregunta: ¿tienes hambre?