Muchas chicas se dan por vencidas con sus dietas cuando después de no comer más que lechuga por meses sufren del odioso rebote. Tenemos que comprender que hacer dieta no es lo que nuestro cuerpo prefiere, ya que le quitamos el extra que tiene para las “emergencias”. Por lo que al terminar una dieta después de un tiempo es normal que tu cuerpo busque compensar lo que perdió. Pero no te preocupes, no todo esta perdido. De hecho, hay muchas formas en las que puedes evitar el rebote.
1.- La dieta es un entrenamiento
La primera regla para evitar el rebote si estás haciendo dieta, es tomar la dieta como un entrenamiento. Bajar de peso es tu objetivo al comenzara; sin embargo, la meta a largo plazo es mantenerte con esos kilos menos. Por lo que la dieta es simplemente un entrenamiento por el que tienes que pasar para dejar de comer como antes. Esta dieta pretende enseñarte las porciones correctas para que tu cuerpo se acostumbre a ellas.
2.- No eliminar todos los carbohidratos de tu dieta
Los extremos siempre son malos, bajar la cantidad de carbohidratos es lo ideal. No obstante, eliminarlos completamente puede ser lo peor que puedes hacer, ya que al comerlos de nuevo, el rebote será inevitable. Por otra parte, puedes enfermar del estómago al comenzar a consumirlos de nuevo, pues tu cuerpo ya no está acostumbrado a ellos.
3.- No volver a los viejos hábitos
Dejar la dieta por la que comías más verduras y respetabas las porciones, para consumir frituras y cantidades mayores de comida te llevará a un rebote muy brusco. No volver a los viejos hábitos es indispensable para que tu cuerpo no se descompense.
4.- Tener una vida activa
La dieta es super importante, pero también lo es el ejercicio. Practicar ejercicio ayuda a tu cuerpo de muchas formas. De hecho, es un gran recurso para bajar de peso más rápido y para evitar el odioso rebote. Finalmente el ejercicio le hace mucho bien a tu cuerpo.
5.- No pasar hambre
Las dietas en las que pasas hambre suelen acabar en rebote. Debemos acudir a un profesional, ya que no todas las dietas funcionan de la misma forma para todas las personas. No es lo mismo darle una dieta a una persona sedentaria que a una activa. La efectividad de las dietas muchas veces se ve comprometida porque no es personalizada. Es decir, no está diseñada para nuestras necesidades ni nuestro estilo de vida. Pasar hambre no es una opción, busca a un profesional
6.- Mantener el equilibrio
No es lo mejor del mundo vivir a dietas extremas todo el tiempo. Nuestras células saben cuánto pesas, por lo que siempre buscarán que estés estable. El cuerpo es tan maravilloso que siempre buscará tu bienestar. Por eso, al terminar una dieta tendrás que hacer una de mantenimiento. Es decir seguir los buenos hábitos de tus dietas por lo menos tres meses. Este es el tiempo en el que tus células se acostumbrarán al nuevo peso y lo registrarán como algo bueno.
7.- Compaginar la dieta con la vida social
El error que muchas chicas cometen es dejar de salir con sus amigas solo porque están a dieta. ¡Vamos! La vida se va en unos segundos. ¡Qué triste vivir siempre a base de restricciones! Ve con tus amigos y familia a los restaurantes. Come y no te preocupes. Va a ser casi imposible seguir al pie de la raya tu plan de dieta, pero puedes hacer elecciones sabias. No elijas los platillos con más grasa ni te excedas en alcohol ni postres. Siempre hay opciones saludables en el menú, opta por ellas.
Evitar el rebote no es tan difícil, solo tienes que recordar estas pequeñas reglas para que todo salga perfecto.