Muchas veces, por más que quieras permanecer activa, tus deberes del trabajo te exigen que estés sentada muchísimo tiempo. Intenta hacer lo posible por alternar el reposo con la actividad, el esfuerzo genuinamente lo vale. Si no podrás sufrir alguna de estas consecuencias:
Tu columna
Pasar mucho tiempo sentada empieza a afectar tu columna. Tu espalda tendrá que enfrentar muchísima presión de forma constante, por lo que puedes hasta llegar a deformarla dependiendo de tu postura. Debilitarás además tu espalda y esto empezará a provocarte achaques que ni siquiera sabías que podías tener. Recuerda que lo que no se usa se atrofia, por lo que puedes perder la fuerza en tu espalda.
¡Adiós pompas!
Quizás sepas que las personas que están en silla de ruedas sufren mucho por este punto. Tanto tiempo sentados les pasa la factura a sus músculos y con el paso del tiempo estos quedan muy sensibles. Ocurriría lo mismo a tus pobres pompas si estás sentada largo tiempo. Las pompas tienen un propósito, claro, pero si te excedes puedes empezar a sentir como tus huesos están cada vez más cerca de la silla.
Celulitis
Tanto tiempo sentada empezará a afectar tu circulación. Esto puede llegar a provocarte celulitis. Esta vida sedentaria empezará a entorpecer tu sistema linfático. Se genera inflamación porque el sistema inmune detecta que hay líquido extraño en donde no debería estar. Este líquido se hace espeso y no deja que las células dedicadas a almacenar grasa intercambien nutrientes debidamente. Es aquí cuando estas células crecen porque no pueden eliminar sus residuos y mandarlos a las venas correspondientes para que lo filtren. Este desastre llega a tal grado, que la célula estallaría y dejaría escapar la grasa al exterior. Para que la grasa no se mueva por todas partes, nuestro cuerpo la encapsula como una respuesta autoinmune. Esto progres hasta dar la textura de piel de naranja que ya conocemos.
Várices
Una segunda consecuencia de esa mala circulación son las várices. Poco a poco es tanta la presión en tus piernas que la circulación se dificulta, a grado tal que empezarás a notar las odiosas telarañas en tus piernas. Esto comienza como un síntoma leve y es reversible, el problema es que si se agrava puedes hasta necesitar cirugía.
Pancita
La realidad es que las personas comunes y corrientes no tenemos una buena postura, al menos no todo el tiempo. Después de varias horas sentada es difícil mantener la espalda recta. Si te jorobas, poco a poco debilitarás tu espalda alta. Esta postura hará que dejes de tensar los músculos en tu abdomen, y en consecuencia, se genera una pancita. Esto no es cuestión de peso, es meramente por tu postura y estar sentada por horas lo exacerba.
Lo ideal es pararte entre 5 y 10 minutos por cada hora que estés sentada.
No se trata de hacer ejercicio como loca, sino de interrumpir constantemente los periodos que pasas sentada.