3 cosas super importantes que deberías conocer de tu metabolismo

El metabolismo no solo es la velocidad con la que quemas calorías, también abarca todas las formas en las que tu cuerpo almacena y utiliza la energía de los alimentos. Tu metabolismo convierte la proteína, las grasas y los carbohidratos en compuestos más simples, después los transporta a las células. Ayuda a que tus músculos crezcan y se mantengan. Además, contribuye a descomponer la grasa que almacena tu cuerpo. Todas estas funciones metabólicas están completamente controladas por sus hormonas. Sin embargo, hay dos cosas que puedes hacer para mantener el equilibrio, según los expertos.

Comer hasta que ya estés hambrienta resulta contraproducente cuando hablamos de metabolismo

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El hambre provoca estrés en tu cuerpo, lo que puede elevar los niveles de cortisol y retardar tu metabolismo. Esto también genera que empieces a comer en exceso. Esto podría causar que disminuyan los niveles de glucosa en la sangre y aumenten los niveles de insulina. Demasiada insulina puede hacer que tu cuerpo almacene más grasa. Debes experimentar con tu cuerpo para saber qué es lo que más le conviene a tu cuerpo. Todos somos diferentes.

 

Concéntrate en la fibra

Existen varios tipos de fibra, todas ellas afectan directamente a las hormonas que gobiernan el metabolismo. Por ejemplo, la fibra soluble ayuda a mantener los niveles de estrógeno constantes. Asimismo la fibra soluble favorece la digestión. Trata de obtener alrededor de 28 gramos de fibra al día de alimentos como granos integrales saludables, legumbres, verduras y frutas. La fibra prebiótica, que se encuentra en alimentos como las alcachofas y las cebollas crudas, alimenta las bacterias saludables que viven en el intestino. Eso es importante porque  nuevos estudios demuestran que su consumo tiene un impacto directo en tus niveles hormonales.

Aguas con el cortisol

Hablo de la famosa hormona del estrés, la cual es uno de los principales motores del metabolismo. Su función es preparar al cuerpo en momentos de estrés, lo cual bloquea la absorción de glucosa para proporcionar una fuente de energía fácil si se requiere correr, luchar o pensar rápidamente. No obstante, es preciso tener cuidado si el estrés se vuelve crónico, porque altos niveles de cortisol aumentarán los niveles de glucosa en la sangre. El resultado es desastroso, tu metabolismo disminuye, aumentas de peso, te sientes fatigada y tienes muchos problemas para dormir. De hecho, el estrés nocturno es el más dañino porque interrumpe el sueño y con esto se elevan los niveles de cortisol en la noche lo que produce que tu cuerpo produzca células de grasa.