La transformación de niña a mujer de cada una de nosotras no fue evidentemente la misma. Sin embargo, hay algunas cosas que no podemos negar que nos sucedieron en esta transición.
Adiós a las muñecas
La mayor parte de las mujeres no recuerda el momento cuando le dio la espalda a Barbie para empezar a interesarse por otras cosas… Deportes, música, cabello, maquillaje. La imaginación con la que jugábamos en aquella época pasó a un segundo plano. Mientras las hormonas jugaban con nuestras emociones, las muñecas quedaron en alguna caja guardada por nuestra madre para el día que lleguen los nietos.
Fuera de control
Las hormonas empezaron a aflorar y para algunas fue un cambio muy lindo. Cuerpo nuevo, ropa interior linda. Sin embargo, para muchas otras las hormonas hicieron que la piel del rostro se volviera loca, dejando al acné en el poder durante unos años. Afortunadamente, después de los primeros meses de confusión toda mujer acepta su nuevo cuerpo junto con todo lo que ello implica.
Y luego, perdidamente enamorada
¿Quién dijo que la transformación de niña a mujer era cosa sencilla? Después de dejar las muñecas y sentir el cambio hormonal, seguro te enamoraste de alguien perdidamente. Dicen que el primer amor nunca se olvida. Y ¡cómo se va a olvidar si tu cuerpo está literalmente lleno de hormonas! Es prácticamente como estar drogada. Lo gracioso de esta situación es que muchos chicos a la edad en la que nosotras “florecemos” siguen siendo niños mentalmente. Así que la escena de la chica acosando al pobre chico a quien le siguen dando asco las niñas, es seguro un recuerdo para una que otra.
El drama constante
El drama fue una de esas situaciones que ninguna mujer pudo evitar. Era parte de la vida diaria y de los grandes dolores de cabeza de las mamás. Seguramente lo sufrirás si tienes una hija adolescente algún día.
Lo que sea
Pareciese que en esta etapa no estábamos muy consientes de lo que significaba tener una decisión. Ya que muchas veces contestábamos con “lo que sea”, “me da igual “, “haz lo que quieras”.
Pasión y sueños
En aquella época era de lo mejor imaginar que podrías hacer con tu vida futura. Mientras creías que el amor de tu vida sería ese chico con distintas perforaciones o algún tatuaje por ahí. Considerabas un buen plan de vida ser la nueva estrella de rock del momento
Mucha hambre y sueño
En esta época no importaba qué comieras, nunca engordabas. ¡No hay época más maravillosa! Además, las preocupaciones no eran tantas y podías tomar la siesta, pues en esos momentos estabas en pleno crecimiento.