Prometo no alejarme de mis amigas cada vez que un hombre llega a mi vida

Es hora de hablar con la neta sobre un tema en el que todas nos hemos visto inmiscuidas alguna vez y del que nunca queremos hablar. De hecho, no sé si mientras sucede no nos damos cuenta de ello o simplemente nos da igual. Tenemos en claro que nuestras amigas son lo más importante que tenemos en la vida. Son como un soporte que siempre está con nosotras para darnos el apoyo necesario en todo momento. Somos confidentes, cómplices y aunque no seamos parecidas, nos logramos entender a la perfección. El problema es que cuando un hombre llega a nuestras vidas y nuestros corazones, cambia por completo nuestro mundo y no siempre es para bien.

Las enfordinas están al máximo

Me queda claro que parte de esa atracción o enamoramiento surge porque nuestras hormonas se encuentran trabajando al máximo. Sentimos una conexión tan profunda con esa persona, que nada más que eso importa. Lo malo es que mientras esas mariposas están flotando alrededor de nosotras, no pensamos en otra cosa. Sólo pensamos en ese chico y en todo lo que deseamos que suceda. Nos olvidamos de comer, de hacer algunas cosas y peor aún, nos olvidamos de nuestras amigas. Sí, así como lo lees y no pongas cara da <claro que no, yo no lo hago>; porque como dije, TODAS lo hemos hecho en algún momento.

Él y sólo él

Estamos tan emocionadas que sólo nos enfocamos en él y ya no queremos hacer nada si no está. Si nuestras amigas nos invitan a salir, no podemos o no queremos porque saldremos con el susodicho. Cuando vamos al cine con nuestras amigas, también va el muégano y obviamente las pláticas ya no se dan de la misma forma. Entre nosotras (así como ellos) tenemos códigos y temas de los que podemos hablar sin pudor alguno. Si el novio de alguna está ahí, cerca, eso no sucederá. No es lo mismo, no nos podemos divertir como cuando estamos solas.

Cuando un hombre llega

Por desgracia, cuando un hombre llega a nuestras vidas, queremos compartir todo con esa persona. Lo malo es que no sabemos marcar un límite. Tal vez porque no tenemos idea de cómo hacerlo o porque aunque sepamos, no queremos alejar a alguien a quien ahora consideramos importante y especial en nuestras vidas. Decidimos llevar a ese hombrecito con nosotras a todas partes o peor aún, dejamos de salir y hacer lo que hacíamos con tal de pasar más tiempo con él. Como amigas, entendemos la emoción que vive esa chica flechada y aún así no juzgamos aunque sepamos que terminará alejándose. Bien podríamos alejarnos y ya, pero no, somos amigas y ante todo entendemos que lo más importante es la amistad. Ya regresará la enamorada, ahora con el corazón roto y sí, nosotras estaremos ahí para ayudarla a curar su dolido corazón.

¿Apoco no?

Prometo no alejarme

Sí, yo lo hice, me alejé de mis amigas con tal de tener contento a ese hombre. Creí que así las cosas resultarían mejor y qué crees, que no fue así. No sirvió de nada que yo dejara de hacer mis cosas y enfocarme sólo en él. Bueno, sirvió para algo. Me di cuenta de que con o sin pareja mi vida no tenía que cambiar. Bien dicen que quien realmente quiere estar contigo compartirá también tus gustos y pasiones. Así que ahora le prometo a mis amigas no alejarme de ellas aunque llegue el que me prometa que me dará el universo completo. Tampoco me alejaré aunque llegue el que me pida matrimonio o el que me diga que nada va a cambiar si estamos juntos. Mis amigas son mis amigas y ellas siempre estarán presentes en mi vida, le guste a quien le guste.