Al llegar a cierta etapa de la vida te pones a analizar todo lo que has hecho y lo que te falta por hacer. En esta época muchas de nosotras decidimos independizarnos porque ya somos “gente madura”. Queremos probar nuevas experiencias y nos enfrentamos a otros retos. Eso está padre y nos hace crecer como seres humanos. La cuestión es que muchas veces ya que eres independiente, no quieres aceptar algunas situaciones que muy en el fondo sabes que son ciertas.
Sabes a lo que me refiero, ¿no? Bueno, sí sabes pero no quieres darme la razón, pero si no tienes idea de lo que hablo, checa conmigo lo siguiente.
Si quieres ser independiente debes dejar el “nido”
Creces física y laboralmente. Deseas experimentar y das un paso superimportante en la vida de todo ser humano adulto, pero, ¿por cuánto tiempo resistirás estar en completa autonomía? Nuestros padres son los más angustiados ante una decisión de esa magnitud. Temen que por no estar ya bajo su techo nos pueda pasar algo malo.
Por el otro lado, nosotras nos estamos mentalizando con la idea de que ya somos “adultas y maduras”. Sin embargo, es probable que lleguemos a extrañar esos momentos de infancia.
Checa lo que negamos muchas veces.
Al enfermarnos queremos a mamá
Por muy mayores de edad que seamos, al estar enfermas deseamos un abrazo reconfortante de nuestra madre. Sin embargo, como ya somos adultas, pocas veces o quizás nunca queramos admitirlo.
Nuestros padres se olvidan de que ya crecimos
Creo que para todos los padres, siempre seremos sus pequeñas hijas. Sin importar la edad que tengamos no dejarán de vernos como esa niñita que jugaba a las muñecas. Ellos querrán ser nuestros defensores. Incluso pensarán muchas veces que el dinero no es suficiente y que vivimos en condiciones deplorables.
Recordamos con mucho amor nuestra niñez
Al estar solas, valoramos más lo que teníamos. Entendemos por qué nuestra mamá tomó algunas decisiones. Apreciamos los sabios consejos que papá nos daba. Si tenemos hermanos o hermanas, extrañamos esos momentos de vivir con ellos historias y aventuras increíbles.
Nos gusta estar solas, pero por ratos extrañamos compartir nuestros logros o travesuras con la familia.
Nuestra familia nunca nos dejará solas
Aunque no hayan estado de acuerdo en la decisión que tomamos al salir de casa, nunca nos dejarán solas. La familia es para siempre y nuestros padres estarán con nosotras en la adversidad. Así no estén de acuerdo con lo que hagamos a lo largo de la vida, no nos abandonarán.
Como puedes darte cuenta, es padre vivir sola, pero hay situaciones que por momentos añorarás. Si aún no das ese importante paso de ser independiente, aprovecha al máximo a tus seres queridos.