Aunque no todas tenemos la misma religión, la mayoría somos personas espirituales que creemos en Dios o en una fuerza superior. Además, muchas consideramos que estas creencias realmente son importantes en nuestras vidas. Es por eso que no podemos ignorar el potencial efecto de la espiritualidad y la religión en nuestra salud.
Espiritual vs. secular
En un simposio de la Universidad de Harvard, unos expertos explicaron cómo sus propias experiencias afectaron su manera de atender a sus pacientes o su propio proceso de curación. Las experiencias espirituales son tan reales como estar despiertos. Estas experiencias son sumamente poderosas como el amor, la amabilidad, la compasión, el miedo y la sorpresa. Hay una gran tendencia para separar lo seglar contra la idea religiosa. Sin embargo, la vida en realidad es una combinación de ambas, pero sólo las personas espirituales están poniendo atención.
La ciencia
Cientos de científicos e instituciones están realizando investigación y métricas para entender la diferencia entre personas espirituales y las ateas. Andrea Baccarelli, profesora asociada de Epigenética Ambiental, y Mark y Catherine Winkler, en la Escuela Chan de Salud Pública de Harvard, proponen estudiar la espiritualidad a través de la epigenética. Hay un mecanismo epigenético llamado metilación del ADN que cambia la forma en que tus genes se comportan. Si la metilación fracasa, tu cuerpo comienza a enfermarse.
Usando el Estudio de Salud de las Mujeres Negras, Baccarelli encontró que un historial de abuso infantil se asocia a niveles más altos de metilación en las funciones receptoras del hipocampo. El efecto se atenúa en las mujeres con apoyo emocional en la infancia. Por lo tanto se presume que tu espiritualidad podría prevenir enfermedades a nivel genético.
El mindfulness ayuda
Además, existe mucha evidencia de que las técnicas mindfulness, que incluyen relajación, oración regular, yoga y meditación pueden causar cambios fisiológicos y psicológicos. Incluso pueden afectar al sistema inmunológico como respuesta contra el estrés.
El factor religioso
Más de 3000 estudios indican que la religión tiene un efecto beneficioso en la salud. Creer en una deidad genera esperanza, la cual está conectada con cambios fisiológicos positivos. Las personas que asisten regularmente a sus servicios religiosos se benefician de contar con una comunidad dispuesta a ayudarlos en tiempos difíciles. El Instituto Dana-Farber contra el Cáncer realizó un estudio nacional sobre el manejo del cáncer. Los resultado muestran que los pacientes que reciben cualquier forma de apoyo espiritual tienen mejor calidad de vida que los ateos. Quienes tenían apoyo de su comunidad religiosa se adaptaban mucho mejor a un hospicio y rechazaban tratamientos agresivos.
¿Crees que tu fe pueda mejorar tu salud?