Desde muy jóvenes las mujeres estamos comparándonos constantemente. Puede ser desde la característica más inofensiva hasta, de plano, la envidia. El día de hoy te presentamos tres teorías diferentes de por qué nos tratamos así unas a otras.
Enfoque psicológico
En 2013, Tracy Vaillancourt revisó un conjunto de estudios publicados respecto a nuestro hábitos de comparación. Ahí descubrió que por lo general, las mujeres muestran una agresión indirecta hacia otras mujeres. Esa agresión es una combinación de mecanismos de autopromoción y menoscabo de rivales. El primero se trata de sentirte más atractiva. Mientras que el segundo se trata de ver a las demás como enemigas y ser malvada contra ellas para “ganar”.
Enfoque evolutivo
Siguiendo la teoría de la evolución y la selección natural, las mujeres buscan su propia supervivencia y protegen su capacidad de procrear. Si las mujeres eliminan a la competencia a través de agresión indirecta, evitan el daño físico. Además, reducen las amenazas al mismo tiempo. Todo esto se considera muy primitivo y por lo tanto se origina en nuestro subconsciente.
Enfoque feminista
Sé que no todas estamos de acuerdo con el feminismo, pero esta teoría definitivamente se siente como esas verdades que incomodan. Dale una oportunidad. Noam Shpancer explicó que si las mujeres se sienten valoradas por los hombres, piensan que necesitan eliminar la competencia para conseguir el premio. Y es que, sinceramente, cuando tu mamá te dice que te ves hermosa no se siente igual que cuando tu papá lo hace. Este enfoque propone que cuando los hombres entran en la ecuación, terminamos dándonos la espalda para ganar la aprobación de ellos. En teoría lo hacemos para garantizar que conseguiremos al hombre que queremos.
Enfoque hacia tu autoestima
La periodista Emily V. Gordon asegura que en realidad no estamos comparándonos con otras mujeres, sino con nosotras mismas. Cuando volteamos a ver a las demás mujeres vemos una versión diferente de la idea que tenemos de nosotras mismas. Es decir que no ves a la chica de al lado por su historia personal, sino como una extensión de ti misma pero más bonita, más delgada, más inteligente, etc. No por eso necesitas menospreciar a las demás.