Irme a vivir con mi bff ¿si o no?

Cuando decidí irme a vivir sola, creía que para buscar el roomie perfecto debía ser alguien desconocido. Yo soy muy exigente en cuestiones de higiene y limpieza, así que pensaba que si era complicado tener roomies, mínimo así no me importaría perder una amistad. O tal vez por no conocernos, respetaríamos más las reglas de la casa. Al parecer estaba equivocada. Aquí te cuento, según mi experiencia, si ser roomies entre amigas es un “sí” o un “no”.

No conoces a alguien hasta que vives con él

Llevo casi cuatro años viviendo en la casa en la que habito. Somos tres. Al principio, los otros dos eran roomies que encontré en un sitio de internet especializado en eso. ¡Era horrible! Uno de ellos era super cochino y no se sentía buena vibra en la casa. En cuanto llegábamos de trabajar, todos llegábamos a encerrarnos a nuestras respectivas recámaras y adiós. Cero convivencia. Después, ese mismo que te cuento decidió irse y dejarnos colgadas con la renta un buen día. Así nada más. La verdad, fue lo mejor que pudo haber pasado, pues gracias a eso cambié de opinión e invité a una amiga que conocía desde hace mucho tiempo a ser mi roomie.

El respeto es la base

Mi amiga se mudó y éramos tres mujeres. Las tres super diferentes una de otra; personalidades en verdad contrastantes. Pero la diferencia fue que esta vez ya había confianza para decirnos las cosas. Así que establecimos las reglas de la casa y como por arte de magia, todas nos relajamos muchísimo. Ahora llegabas y alguien tenía la puerta abierta. Nunca faltaba con quien platicar y de vez en cuando íbamos a cenar las tres. Fue la mejor época de la casa. Aunque las tres éramos muy diferentes teníamos algo muy claro: limpieza y respeto.

Lo básico

A mí me encantaba vivir con mi amiga pues siempre tenía con quién platicar. Vivir juntas nos unió más. Tal vez porque su personalidad contrasta mucho con la mía y de alguna forma eso nos benefició. En alguna ocasión otra amiga me propuso que fuéramos roomies. De inmediato le dije que no, ella es muy conflictiva y sé que hubiéramos terminado peleadas. Vivir con alguien puede llegar a ser muy complicado. Todos tenemos hábitos y costumbres que no siempre encajan con las de los demás. Lo primero que tienes que tener en cuenta es el respeto. Sin embargo, hay algunos puntos clave que ayudan a tener una relación sana cuando se trata de roomies.

Comunicación siempre

Suena muy trillado pero es la verdad. La comunicación es la base para cualquier relación, incluyendo la de roomies.  Sé honesta con él especialmente en situaciones que les afectan a ambas. Como si tienes problemas financieros o si sin querer rompiste su sartén. Eviten la tensión de ocultarse cosas, pues tarde o temprano salen a la luz.

Ser amigos y roomies sí es una buena combinación

Yo aprendí a la mala, pero la verdad es que si incluyes a tu roomie en tus planes o quedas de cenar o ver pelis con este, la relación se estrechará. No importa que tengan círculos de amigos o personalidades distintas, eso lo hace más enriquecedor y las vibras en tu casa serán de alegría.

Pongan reglas desde el principio

Por la emoción del momento, quizá se te olvide establecer las reglas de la casa y eso se convierta en uno de los principales problemas. Definan si pueden hacer fiestas, si puedes tener invitados, a quién le toca sacar la basura, etc. Un calendario con la división de tareas, como lavar los trastes o pagar el gas, puede ayudar mucho. Hagan uno divertido y péguenlo en el refri para que a nadie se le olvide. ¡Y así, roomies felices!