Insulta a tu peor enemigo sin perder el porte, ¡jamás lo notará!

Hay personas que realmente nos hacen perder la paciencia y esto es normal. Pero dentro de ese grupo de personas están las que lo hacen a propósito. Ambas saben que existe cierta rivalidad entre ustedes, pero te has resistido y no has caído en ninguna provocación. Por experiencia puedo decirte que la mejor forma de librar esos asuntos es contestar a sus insultos o actitudes de la forma más cordial posible. Insulta a tu enemiga de forma sutil.

“No esperaba menos de ti”

Cuando hay  una chica que sólo te habla para decir algo negativo acerca de tu persona hay muchas formas de reaccionar. La primera y la más efectiva sería voltearte y no contestarle. La segunda es una respuesta un poco agresiva, pero sutil decir: “No esperaba menos de ti”. Así aprenderá a decir algo más interesante y menos insiodioso.

El mejor insulto es “interpreta mi silencio”

La verdad es que hay personas con la mente tan cerrada, que deberían guardarse su opinión. Sin embargo no lo hacen, por tanto, tienes que escuchar las tonterías que salen de su boca. Incluso hay ocasiones en las que no hay nada sensato que contestar ante lo que te dicen. Para salvar esas ocasiones lo mejor es contestar: “interpreta mi silencio”. De esa forma entenderá que no hay forma humana ni cordial de entenderla.

“¿Y eso cómo me afecta?”

La gente insulta a diestra y siniestra y emite su punto de vista cuando jamás les han pedido su opinión. Nadie tiene por qué soportarlo y mucho menos creer en esas palabras. No obstante, entre chicas solemos tomarnos las cosas un poco más en serio. En este sentido lo peor que puedes hacer es contestar con una majadería. Mejor dile: “¿y eso cómo me afecta?”. Entenderá que sin su aprobación o con ella, tú harás lo que te plazca.

“Reunámonos lo menos posible”

Si quieres un insulto muy fino, puedes utilizar esta cita de Shakespeare: “Reunámonos lo menos posible”. Con esta le darás a entender de forma explícita que no tienen por qué convivir más de lo necesario, pues ninguna tiene algo que aportar a la vida de la otra.  Ni amigas ni enemigas, sólo conocidas.