Inculcarle o no a mis hijos el espíritu navideño

El ambiente ha comenzado a oler a Navidad, cada día está más cerca la fecha. Mucha gente ha comenzado sus preparativos para ese día de convivencia familiar. Hay unos cuantos que detestan la Navidad, pero son minoría comparados con todos los que la esperamos con ansias. Si tienes niños pequeños, tal vez te preguntes qué tan bueno será inculcarles el espíritu navideño. La respuesta es…

Todo festejo tiene un propósito

Navidad no es el único festejo que tiene gran peso a nivel mundial, también está Año Nuevo y el Día de las Madres, por mencionar algunos. Estas celebraciones tienen un sentido, aunque también es una realidad que no todos las celebran. El propósito de la Navidad es claro: ayuda a renovar la ilusión y la esperanza y es una época de mucho aprendizaje para los más pequeños.

La Navidad no son solo compras

Mucha gente relaciona la época con muchos gastos, caos, compras y mucha comida. Es un hecho que en esos días se acostumbra dar regalos y preparar deliciosos platillos, pero no lo son todo. Hay algo más importante que es enseñar el verdadero espíritu navideño a los más pequeños de la casa. El verdadero sentido de la época está relacionado con los valores. Estos días son una buena oportunidad para hablar de la unión, generosidad y amistad que podemos tener con la familia y con quienes convivimos.

Importancia del espíritu navideño

En los días previos a la Navidad, muchas familias están de vacaciones y tienen tiempo de convivir. Eso es uno de los verdaderos aprendizajes que puede dejar la época. También se le puede inculcar a los niños a compartir con quienes menos tienen. No sólo en la época de Navidad, sino en cualquier momento del año. Para que los niños disfruten de la época pueden ser partícipes de todos los preparativos. Poner la mesa, ayudar a decorar, eligiendo música para esos días, contando cuentos. El amor que se demuestra entre los seres queridos también es muy importante. Hay que dejarles en claro a los pequeños que Navidad no es significado de compras o comida en exceso, se trata de diversión y unión familiar.