Decidí escribir este artículo porque ayer escuchaba a una amiga decir que no se lleva para nada con su hermana. Y cuando lo hacen, es para pelear. Así que me puse a pensar en lo afortunada que soy. Fui hija única durante los primeros seis años de mi vida. Y cuando mis papás me dieron la noticia de que pronto habría un nuevo integrante en la familia mi emoción era tanta que reía, lloraba y gritaba al mismo tiempo. Desde ese día la esperé con ansias. Hemos pasado por muchas cosas juntas y hoy, puedo decir: que mi hermana es mi mejor amiga.
Mi hermana es mi mejor amiga
Pero no siempre fue fácil, por supuesto que peleamos. De hecho, creo que entre más cercano eres a alguien, peores pueden ser las peleas. Le llevo seis años, creo que es mucho, pero entre más crecemos, la relación ha ido cambiando. Cuando éramos pequeñas, ella era como mi muñequita. Después, yo puberta, cada una en sus cosas y ahora que estamos un poco más “parejas”, incluso compartimos muchos amigos, salimos de fiesta juntas y nos vamos de viaje o a conciertos solas.
Piensa a futuro
Creo que las ventajas de tener una hermana son que ella es tu primera amiga, la persona que te enseñó lo que significa cuidar y ser cuidado por alguien que no es tu madre ni tu padre. Y no importa lo diferentes que sean, crecieron en la misma familia, así que ven la vida de formas similares. Cuando hay problemas, sabes que tienes a alguien con quien contar, pues estarán juntas para toda la vida. Si, además, logran verse como amigas, esa relación será la más fuerte de todas.
No siempre fue fácil
Y no creas que todo ha sido miel sobre hojuelas. De hecho, creo que nuestra amistad es así de fuerte porque desde pequeñas pasamos por muchos problemas familiares. Lo bueno de esto, fue que eso nos unió más y más. Tanto, que ahora podemos reírnos de lo que pasa en nuestra familia. Mientras, si estás leyendo esto y piensas “me pasa igual”, te felicito. Sin embargo, si estás en el caso de mi amiga, aquí te dejo un par de consejos que tal vez puedan funcionarles para llevarse mejor. En verdad, saber que cuentas con tu hermana, es de lo mejor que hay.
Cambia tu actitud hacia ella
Cuando nos fijamos solo en lo que no nos gusta de los demás es mucho más difícil llevarnos bien. Así que intenta ver las cualidades que te gusten de ella, muéstrale tu aprecio, evita ponerle etiquetas y dedíquense tiempo juntas. Puedes empezar con cosas simples, como tratar de hacerla reír. El humor puede acercar a las personas y reducir la tensión en determinadas situaciones. Si tu hermana luce molesta o triste, pregúntale qué le sucede. Mostrar preocupación por ella fortalecerá su relación.
Interactúen de manera positiva
Si tu hermana logra algo en su vida, ofrécele tus más sinceras felicitaciones. Es normal sentir celos de pronto, pero el hecho de experimentar un sentimiento negativo, no quiere decir que debas actuar con base en él. Establezcan límites entre ustedes, que cada una sepa cuando requieren de privacidad. Si viven juntas, compartan las tareas del hogar; de todas formas tienen que hacerlas y si hacen equipo, ¡terminarán más rápido y pueden divertirse!
Trata a tu hermana como si fuera una buena amiga
Te sorprenderías la cantidad de mujeres que no se llevaban con sus hermanas y de pronto, crecieron y se volvieron las mejores amigas. Esto ocurre por que dejaron de verlas simplemente como un miembro más de la familia. Y empezaron a tratarlas como tratan a cualquier amigo o persona que acabaran de conocer. Resulta que en verdad nunca se conocieron y entre más platican y se acercan, descubren que sí pueden ser amigas. Busquen actividades en común, salgan de fiesta, o invítala a un concierto. La música une a las personas. 😉