A veces acudimos a ciertos lugares sin buscar nada ni a nadie, solo llegamos ahí por azar. Y aunque yo llegue al gym para ejercitarme porque buscaba una mejor calidad de vida, este me sorprendió más de lo que pensé. He sido afortunada de conocer ahí a tres personas que hoy, considero mis grandes amigos. Los admiro y quiero demasiado. Sin duda, el gimnasio al que voy todos los días me ha demostrado que es un buen lugar para hacer amigos. Valiosas personas he conocido ahí y aunque no llevo años de conocerlos me di cuenta del gran corazón que tienen.
El mejor lugar para hacer amigos
Rafael es un chico sencillo y con una increíble personalidad. Nos hicimos muy buenos amigos desde mis primeros días y hasta la fecha lo seguimos siendo. Es un chico maravilloso. Nuestra amistad se ha ido fortaleciendo pues traspasó el gimnasio. De vez en cuando vamos a comer o de compras para lucir nuevos atuendo en el gimnasio. Cada vez que nos era posible nos acompañamos a hacer pequeñas tareas ordenadas por nuestros padres. Es un chico que me motiva cada vez que me rindo cuando entreno y busca la manera de hacer reír. Sus gritos: “¡Vamos, tú puedes!”, me hacen la persona más feliz, porque sé que cuando digo: “¡ya no puedo más!”, hay alguien detrás impulsándome a continuar.
Mis cómplices
Con el paso del tiempo conocí a César, un chico serio y reservado pero fuerte y ágil. Un grandioso amigo que va a desayunar conmigo o lo visito de vez en cuando en su cafetería para deleitarme con sus deliciosos pasteles. Un chico guerrero dentro y fuera del gimnasio, pues siempre va tras sus sueños. Sin duda, un ejemplo. Y aunque no me grita como Rafa, lo aprecio porque me demuestra su aprecio de diferentes formas. Me escucha y presta atención a mis palabras cuando le cuanto algo. Por último, conocí a Luis. Un chico perseverante que se exige demasiado pero que quiero porque es todo un loco como yo. Aunque él es a quien conozco de menos tiempo, lo quiero. Se ganó mi cariño en un abrir y cerrar de ojos. Un amigo que escucha, comprende y aconseja. Te cobija con sus abrazos.
¡Una gran sorpresa!
Por primera vez, no analicé nada ni a nadie, solo fui hacer ejercicio. La vida me puso en el mejor lugar y estoy agradecida por ello. Conforme han pasado los días, semanas y meses he conocido a grandiosas personas. Entre ellos los amigos que he mencionado, pero también a mis instructores. Personas que admiro y aprecio por el apoyo incondicional y paciencia que me han tenido. Ahora, disfruto cada día que paso dentro de ese gimnasio pues no sé en qué momento tenga que despedirme. De algo estoy segura, cuando termine mi ciclo ahí, cuidaré de esas amistades, lo merecen.