En ocasiones es difícil darnos cuenta del paso del tiempo. En este sentido éramos unas chicas divertidas y despreocupadas, pero en un abrir y cerrar de ojos nos hemos convertido en una señora. Sí, es difícil de aceptarlo y todas decimos que no, pero estas señales no me dejarán mentir. ¿Quieres saber cuán señora eres?
Te preocupan tus tuppers
Antes te preocupaba perder los tuppers de tu mamá porque temías su regaño. Ahora tú solita pierdes la cabeza cuando no lo encuentras. Es más, en la oficina esperas con ansias a ver el catálogo de tuppers que tu compañera tiene. Incluso en el supermercado siempre buscas alguno bonito.
Te preocupas cuando alguien sale sin suéter
Cuando estabas un poco más joven salías a todos lados sin suéter porque siempre tenías calor. Pero ahora vas a todo lados cargando tu suetercito por si las dudas. En muchas ocasiones no llueve ni hace frío, pero no te importa y siempre lo llevas en tu bolso o mochila. Además, molestas a las chicas que no traen el suyo con ellas.
Vigilas que tomen sus medicamentos
No sólo llevas muchas medicinas en tu bolsa por si alguien tiene una emergencia. Sino que estás al pendiente del estado de salud de los demás. Si alguien está enfermo siempre le preguntas si ya se tomó su medicina o no.
Cargar cientos de cosas en la bolsa
No importa si vas al cine, con tus amigos, a la oficina o aun viaje corto , tú llevas todo tu clóset en la bolsa. En ella llevas ropa extra, medicamentos, herramientas, maquillaje y todo lo que se te pueda ocurrir. Al final no usas ni cinco cosas de las que llevaste, pero siempre haces lo mismo.
Salir en pijama a todos lados
Con la edad te da lo mismo lo que usas y quién te ve cuando lo usas. Por eso eres feliz viviendo en pijama todo el día. Además sólo te cambias si es muy necesario.
Usar pants sin hacer ejercicio
Es momento de salir y decides quitarte la pijama, pero la cambias por un par de pants. Es más, hasta utilizas todo el conjunto con tenis cute incluidos, pero jamás haces ejercicio.