Estas son las 2 cosas de las que los padres se quejan más

A la hora de tener hijos todas pasamos por muchos retos y nadie tiene derecho a juzgar cómo los resolvemos. Sin embargo, con niños pequeños muchos padres suelen batallar con estos dos puntos pues francamente rayan en lo absurdo. Lo niños se comportan de una forma completamente irracional y los padres se quejan anonadados de las actitudes de sus hijos. ¿Cómo resolver estos problemas? Primero que nada, debes saber que no estás sola, muchos papás hemos pasado por tu situación. Lee estos consejos y adáptalos a la forma en que funciona tu casa.

Queja 1: Mi hijo se enfada cuando le quito el celular/tablet

No me refiero a un pucherito cualquiera al entregarla. Me refiero a un berrinche con gritos, lágrimas y sudor incluidas. Las reacciones de los niños son variadas pero se deben a lo mismo. Las pantallas afectan el sistema nervioso del niño de forma muy parecida a la cocaína o a la heroína. Por eso tu hijo se comporta como adicto cuando le quitan su vicio. Lo primero que necesitas hacer es reducir dramáticamente el tiempo que tu hijo pasa frente a una pantalla y aumentar las actividades que involucren su mente y cuerpo completo. Hay una inmensa variedad de actividades o juegos por realizar. Si los padres se quejan de un niño frente a la pantalla, necesitarán poner el ejemplo dejando la pantalla y poniéndose a jugar. Esto requerirá disciplina de tu parte, pero es cuestión de encontrar la actividad que mejor te acomode.

Queja 2: ¿Por qué mi hijo hace exactamente lo que le acabo de ordenar que no haga?

Los padres se quejan constantemente de esto pues se percibe como un desafío de parte de los niños. Además, ¿cómo discutes con eso? El problema está en cómo planteas tu frase al dar la orden. La mente opera a través de imágenes, así que no entiende bien las instrucciones negativas. Por lo tanto es más probable que haga lo que ve. Así que la imagen mental que provoques en su mente es probablemente la que tu hijo haga. Esto quiere decir que cambies tu “¡no corras!” por un “¡detente!”. No te voy a mentir, no es tarea fácil porque no es como hablamos cotidianamente. Sin embargo, el esfuerzo bien vale la pena por la tranquilidad de tu casa. Solamente necesitas describir el comportamiento que quieres ver en él, así que deja de usar “no” al principio de todas tus oraciones.