Entre trabajo y novio, me alejé de mis amigos

Siempre he estado en contra de la gente que se aleja de todo y de todos en cuanto empieza una relación. Creo que no es motivo para hacerlo pues nada te asegura que vayas a estar con él por siempre. Y peor aún, no tienes por qué olvidarte de tu vida con tal de estar con alguien. Sin embargo, hasta que te pasa, lo entiendes. Hace año y medio decidí dejar mi “trabajo godín” para dedicarme a mi pasión: el stand-up. Es difícil construir una carrera en cualquier medio artístico, pues al principio no ganas nada, así que tienes que seguir trabajando en otras cosas para mantenerte. Y además, empecé una relación; así que cuando menos me di cuenta, me había alejado de mis amigos por completo. Aquí te cuento cómo fue con la intención de que mi ejemplo te sirva y no te ocurra.

Más y más responsabilidades

Dejé el trabajo de oficina para dedicarme de lleno a la locución y al stand up. En este apenas empiezo, así que no espero ganar gran cosa todavía. En locución, de pronto salen cosas muy buenas y otras veces no hay nada. Así que un amigo me invitó a trabajar en su gimnasio. Era un trabajo muy fácil: 4 horas al día y ahí mismo podía entrenar. ¡Buenísimo! Se convirtió en un problema cuando empecé a tener más shows de stand up ya que esos acaban tarde y al gimnasio entraba a las 5:30 de la mañana. ¡Dormía 4 horas o menos cada noche! Un día me avisaron que el gimnasio iba a cerrar y fue cuando entré a escribir para esto que lees ahora. Se tardaron más de lo que debían en cerrarlo y sin darme cuenta, ya tenía más trabajos y responsabilidades de las que podía abarcar. Y, lo peor, sin tener gran recompensa económica.

Mi cuerpo pidió descanso

Y ojo, no me estoy quejando. Al final, estoy haciendo lo que me gusta y eso me motiva cada día más. Además de mis múltiples ocupaciones, tenía novio. Así que cuando tenía tiempo libre, era para pasarlo con él. Hace unas semanas terminamos y ahora que veo a atrás, me doy cuenta que en un año, he visto a mis amigos muy pocas veces. Claro que hablamos de repente, pero en verdad todo este año lo puedo reducir en: trabajo, novio y dormir. Y no sólo eso: ¡empezaron a salirme arrugas, ojeras y bolsas bajo los ojos! Algo que nunca antes había tenido. Para mí, esa fue la señal de que tenía que bajarle tantito a mi ritmo.

Ahí viene el dilema

Este camino no ha sido fácil y en mi búsqueda por motivación leo muchos libros y veo videos sobre gente exitosa. Todos concuerdan en algo: “Cuando llegaron a la cima, se sentían solos”. Y en verdad que ahora lo entiendo (digo, no por que yo esté en la cima, pero sí estoy en el camino). Y no es por egoísmo, es sólo que estás tan clavada en tus cosas que cuando menos te das cuenta ya no sabes de nadie. Me he detenido a pensar en ello justo ahora, porque no creo que deba ser así. Tus amigos y familia son lo que tendrás siempre. Por otro lado, los que en verdad son mis amigos, lo entienden y me han apoyado. Así que llegué a esta conclusión: por salud, física y mental, hay que intentar balancear todo en la vida.

Trabajo, vida social y personal

Ahora que ya no tengo novio y, de cierta forma, todo se está acomodando de nuevo, veo que extraño mucho a mis amigos y que no todo puede ser trabajo. El fin de semana pasado salí con mi mejor amiga y para cuando terminó el fin de semana me sentía de muy buen humor y relajada. ¡Era lo que me hacía falta! Así que aprendí la importancia de distribuir el tiempo. Te recomiendo que intentes organizarte y darte tiempos para cada cosa. Ok, tal vez no todos los fines vas a poder salir con tus amigas, pero sí cada quince días. Y, sobre todo, no te olvides nunca de ti. Consiéntete, quiérete y date el tiempo que necesites para tus actividades. Al final, si tú no estás bien, nada alrededor lo estará.