Diferencias en una noche de chicas a los 20 y a los 30

Una noche de chicas es algo que no pasa de moda a pesar de la época en la que estemos. Desde que somos pequeñas, tendemos a relacionarnos con otras mujeres de una manera íntima y divertida. Por ejemplo, en la primaria, una vez que ya había confianza hacíamos pijamadas con las amigas. Estas convivencias continúan con el paso del tiempo, aunque la dinámica y la finalidad van cambiando.

Diversión nocturna

Desde que era pequeña, tuve la fortuna de tener amigas muy cerca de mi casa. Mi mamá y sus mamás se llevaban bien, por lo que era fácil que pudiéramos pasar mucho tiempo juntas. Si no era en mi casa, era en la de alguna de ellas. Lo único que nos importaba era estar juntas para hacer muchas locuras. Cuando pasamos a la secundaria, nos seguimos frecuentando, aunque ya no nos agradaba tanto ver películas y cenar pizza. Ahora se trataba de hablar de los chicos que nos gustaban. También solíamos hablar de los profes que teníamos, los que nos caían bien y los que no, o si alguno nos gustaba.

Noche de chicas, ¿siempre es igual?

Conforme pasaba el tiempo, me daba cuenta de que la compañía era la misma, aunque nuestros intereses no. En la primaria, como dije, era ver películas y comer pizza o golosinas. Incluso nos divertíamos al contar historias de terror. Para la época de la secundaria los chicos ocupaban la mayor parte de nuestras pláticas. En la prepa eran temas de otro nivel, tal vez se hablaba de la primera vez o el primer novio formal. Ya en la universidad las cosas cambiaron, pues las obligaciones eran mayores y el tiempo cada vez menor.

A los 20

  • Queríamos salir de antro cada fin de semana. Recuerdo que la noche de chicas implicaba salir cada fin. Era algo muy divertido.
  • Elegíamos el mejor atuendo para ligar. Para conocer nuevos chicos, mis amigas y yo siempre buscábamos vestimentas muy lindas.
  • El maquillaje no era nada discreto. También recurríamos a makeup llamativo para que se notara más nuestra imagen. Además, así lucíamos más grandes de lo que en realidad éramos.
  • Bebíamos… y bebíamos. Nos sentíamos imparables y creíamos que el alcohol no nos hacía daño.
  • Nuestra pila se mantenía al 100 % toda la noche. La juventud nos ayudaba a mantenernos despiertas hasta altas horas sin problema alguno.

A los 30

  • Preferimos quedarnos en casa a ver una serie. Ahora que ya no somos unas veinteañeras, preferimos quedarnos en casa a ver una película o serie. Algo más relax.
  • Hacemos rituales de belleza. Incluso, optamos por compartir nuestros secretos beauty para que nuestra belleza perdure un poco más.
  • Usamos pijamas nada sexys en la noche de chicas. Si hacemos alguna pijamada, ya no nos preocupamos por tener la prenda más sensual. Lo que queremos es mucha comodidad, sin duda alguna.
  • Queremos dormirnos temprano. Si terminamos pronto, lo que deseamos es ir a los brazos de Morfeo.
  • Si salimos de antro, lo que menos queremos es llamar la atención. En caso de que salgamos, preferimos mantenernos en un perfil bajo.

¿Cómo es actualmente para ti una noche de chicas?