Consecuencias de no involucrar a tu esposo en la crianza de los hijos

La crianza de los hijos es uno de los temas más complejos. Podemos opinar al respecto, pero realmente hasta que no estamos haciéndolo, no sabemos bien cómo van las cosas. Es importante recordar que la crianza y educación de los críos es cosa de dos. Sí, ya sé que hay casos en los que el padre o la madre están ausentes. Vamos a excluir esos casos y nos enfocamos en los que sí tienen a los dos padres, sin importar si viven juntos o no.

Yo puedo

Me queda claro que tanto hombres como mujeres podemos criar hijos. A lo mejor hay algunas personas a las que nos cueste un poco más de trabajo que a otros. Sin embargo, ellos y nosotras estamos capacitados para hacer lo necesario. La cuestión que me llama la atención es con respecto al cuidado de los hijos e incluso de la casa. Conozco a muchas mujeres que se quejan de que nadie las ayuda, pero tampoco permiten que nadie meta mano. Tal vez ya sepas a lo que me refiero, si no, te daré algunos ejemplos.

Enfocándonos en el tema del hogar, el hombre quiere lavar trastes o lavar la ropa, pero la esposa le dice: “No, deja ahí, ahorita lo hago”. Lo hace porque cree que el esposo no hará bien los quehaceres, pues “no sabe” cómo operar la lavadora o cómo lavar los trastes. El problema más bien es la esposa. Ella no permite que la ayuden porque no van a hacer las actividades como ella quiere o como le gustan. Sin embargo, no es que el esposo no quiera ayudar, sino que ella no permite que ayude él a su manera.

¿Y los hijos?

Así como esas mujeres no permiten ayuda en la casa, lo hacen con los hijos. Por desgracia, la sociedad nos encasilló como las únicas responsables de la casa y de la familia. La realidad es otra, pues para que una familia funcione de manera aceptable, el trabajo tiene que ser entre todos los miembros. El problema es que hay mujeres que siguen sintiendo toda la responsabilidad de sacar a flote todo. Hay maridos que llegan de trabajar y quieren apoyar en la crianza de los hijos, pero las esposas no los dejan. “No te preocupes, yo lo hago, tú vienes cansado”, dicen. También: “Ahorita yo atiendo a los niños”, etc. Muchas excusas se usan, pero lo más curioso viene después.

Quejas y más quejas

Resulta gracioso, pero justo esas mujeres que no permiten que el esposo ayude en la casa y con los hijos, son las mismas que se quejan. Sí, así como lo oyes, se quejan de que el marido no colabora. Dicen que no ayuda en la crianza de los hijos o que llega y no presta atención a las necesidades de la casa.

Para que la familia funcione…

Si algo he aprendido en mi experiencia como madre es que funciona mejor con ayuda. Está bien que me guste sentirme autosuficiente. Sé que puedo hacer muchas cosas, pero eso no significa que siempre será así. Hay momentos en los que estoy cansada. Mi esposo también tiene la responsabilidad y el derecho de ayudar en la casa. Incluso, si él llega con ganas de cocinar, yo lo dejo. Tal vez haga un caos en la cocina, pero al menos tenía la intención de preparar algo de comer para todos. Cuando quiere ser el que está al pendiente de nuestro hijo, lo dejo.

Me queda claro que el tiempo entre mi hijo y su papá es sagrado. No permitir que él se involucre en la crianza puede traer serios problemas más adelante, como que nuestro hijo no quiera hacerle caso a él o verlo como una figura de autoridad porque yo no accedí a ello. La crianza de los hijos y el cuidado de la casa es cosa de toda la familia, la responsabilidad no está sólo en nosotras como mujeres y como mamás.