El sueño de toda mujer es ser independiente y grande en todos los aspectos. La época universitaria se convierte en ese lapso en el que puedes crecer y dejar el nido o todo lo contrario. Además de darte satisfacciones profesionales, te hacer ver al mundo de otra forma.
Poco a poco
Es normal, cuando entré a la universidad sentía mucho miedo, pues todo era nuevo para mí. Estaba acostumbrada a una manera de ser de las cosas y no sabía qué sorpresas me esperarían en esta etapa. Además, estaba consciente de que para estas alturas, podía conocer a todo tipo de personas, incluso de otros estados o países. Aun con todo el temor que pudo invadirme, me propuse ir con la mejor actitud para lograr mis objetivos.
Algunas cosas siempre son iguales
En efecto, cuando entré conocí a muchísimas personas en poco tiempo. Poco a poco el círculo se hacía más grande, pues las personas que conocía me presentaban a otras y así, al cabo de un tiempo, ya conocía a prácticamente toda la matrícula de la carrera, o al menos de mi área. Sin embargo, hay cosas que no cambian de la prepa a la universidad. Seguro en algún momento te tocó conocer a algún compañero flojo a más no poder. Esas personas que siempre buscaban un equipo al cual integrarse aunque no hicieran nada en realidad. Bueno, pues déjame decirte que en la época universitaria eso no cambia tanto. Siempre encontrarás a alguna persona holgazana que sólo busca colgarse del esfuerzo y trabajo de otro.
No todo es tan malo
A pesar de conocer a esa clase de personas en la época universitaria, también conocí a muchas personas maravillosas en todos los aspectos. Cada una dejó un aprendizaje en mi vida y por eso es que los recuerdo con mucha estima. De ahí, debo decir, que salieron algunos buenos amigos que hasta el día de hoy conservo. Eso sí, es importante que sepas acomodar tu tiempo entre tus actividades extraescolares y la universidad. También debo decirte que no es pesado. Al menos a mí no se me hizo nada pesada esa etapa, tal vez porque hacía lo que me gustaba y sabía que ese esfuerzo tendría su recompensa.
Disfruta tu carrera
No voy a negar que la escuela no tiene nada de parecido a lo que te espera en el mundo exterior. Eso no es pretexto para que no disfrutes al máximo de esa etapa. Créeme, incluso el hecho de quedarte hasta tarde haciendo un trabajo con tus amigos resulta divertido. Esa época me dejó bastantes experiencias agradables que llevo en mi corazón. Además, en ese momento fue cuando tuve un cambio de ser una “niña de casa”, a convertirme en alguien responsable en la totalidad por mis actos y decisiones. Incluso, si llegué a cometer algunas barbaridades o cosas por el estilo no me arrepiento. Fue una época que marcó un nuevo comienzo en mi vida y estoy agradecida por ello.