Nadie en su sano juicio despierta una mañana y decide ser una mala madre. ¡Obvio no! Como mamás todas entendemos los sacrificios que implica educar a un hijo y sabemos que no es tarea fácil. Y aunque todas queremos darle lo mejor a nuestros niños, hay que admitir que vamos a cometer errores. Claro que no todo es blanco o negro, hay muchas variables a considerar antes de atreverse a juzgar. Sin embargo, tampoco podemos olvidar que la forma en que educamos a nuestros hijos moldea su futuro. Por eso hay que estar alerta a estas 10 acciones que no les traerán nada bueno.
1. No los escuchas
Los niños aún no conocen muchas cosas del mundo, pero no por eso son tontos. Son sumamente perceptivos y capaces de entender lo que les pasa y lo que sienten. Es importante que sepas qué les pasa por la cabeza o hasta en el cuerpo. A lo mejor lo que les preocupa es un lápiz, para ti es insignificante pero eso no cambia que tu hijo esté genuinamente preocupado. Si ahorita no los escuchas, ¿cómo esperas que se comunique contigo en el futuro? El día de hoy te contará de los juegos que inventa, pero mañana te preguntará de drogas, alcohol y sexualidad, y créeme que no quieres cerrar esa puerta.
2. Los silencias con comida chatarra
Quizás está impaciente o aburrido, y para que te deje completar tus tareas optas por darle algún tipo de comida chatarra. Todas sabemos el daño que eso hace en su salud, pero tal vez moderes bien sus porciones y listo. Sin embargo, estás quitándole la oportunidad de enseñarle autocontrol. Mostrarle que no todo en la vida le va a gustar pero es capaz de concentrarse y completar su tarea. Lo que comienza como esperarte en lo que te cortan el pelo, avanza a hacer la tarea de matemáticas y termina en soportar la parte que no le gusta de su trabajo. Tú sola te pones el pie y lo vuelves impaciente; lo orillas a que no te obedezca si no obtiene algo a cambio.
3. Eres incongruente
“¡No puedes ver la televisión entre semana antes de las 4 p. m!”. Pero si es un día libre de escuela, si está enfermo o si el fin de semana estás cansada sí puede hacerlo. O le dices que tiene que comer todos sus vegetales, pero tú no te sientas a comer con él. Quizás le enseñas que no es correcto faltarte al respeto, pero lo llamas tonto cuando se equivoca. Una mala madre no enseña con el ejemplo. Si tú misma no respetas tus reglas, ¿cómo esperas que te tome en serio?
4. Les gritas por todo
Ser de mecha corta es característica de una mala madre. Todas explotamos en algún punto, ¡tener hijos no es tarea fácil! La diferencia es gritar a la primera sin asegurarte de las cosas ni escuchar razones. Los gritos excesivos cancelan el ambiente de cariño que estás creando en casa. He visto familias donde las madres gritan de alegría, de enojo y hasta para criticar. Quizás cueste trabajo pero bien vale la pena. Si decides no cambiar, sólo les estás dando herramientas a tus hijos para pintarte como la mala del cuento, cuando lo más probable es que no lo seas.
5. Los conectas a la tecnología “para que no den lata”
Cualquier estrategia para tratar de deshacerte brevemente de tus hijos es una jugada de una mala madre. Eso hace que tus hijos se sientan como una inconveniencia o hasta una carga. Al rato les va a costar mucho tiempo entretenerse con algo que no tenga una pantalla. De aquí se originan los adolescentes que no son capaces ni de levantar la mirada del celular. Si no quieres que tus hijos den lata, primero vas a tener que enseñarles a portarse bien. Enséñalos a convivir correcta y educadamente en lugar de aislarlos.
6. No los dejas hacerse cargo de sí mismos
En pequeña o grande escala, todos los niños deben tener responsabilidades. Si quieres criar a un adulto capaz de ser independiente tienes que confiar en que él es capaz de hacer sus tareas en el hogar. Vas a empezar con tareas sencillísimas, como agarrar el cepillo de dientes, tallarse el cabello con shampoo, levantar sus platos de la mesa, etc. Poco a poco esto irá aumentando conforme se vaya desarrollando hasta que un día se vaya de casa. Pero por lo menos se irá sabiendo algo de la vida y no como los vagos que pintan en la tele e internet. Te va a llevar paciencia y tendrás que permitirles cometer errores. No caigas en el error de hacer sus tareas cuando ellos fallan o quitarles responsabilidades porque quieres que te necesiten, eso solo lo hace una mala madre.
7. Compensas tus fallas con regalos
Esto suele pasar más en las parejas divorciadas. Si cometes un error lo más que tu hijo puede esperar de ti es una disculpa y que no vuelvas a hacerlo. No hay más que pedir. Muchas veces pensamos que como los niños son felices al recibir regalos, deberíamos gastar una fortuna en darles lo que nosotros no tuvimos o para compensar una tristeza que los hicimos pasar. Al hacer esto lo condicionas a esperar algo a cambio de hacer cosas buenas o cuando alguien más hace algo malo. Lamentablemente la vida no funciona así y a tu hijo le espera mucha frustración en su futuro.
8. Te quejas de todo con todos
Para empezar las actitudes negativas causan enfermedades y vives menos, así que por favor evítalas. Si además tus quejas se enfocan en lo malos que son tus hijos o lo pesado que te resulta ser madre, te garantizo que tus hijos no se sienten tan amados como crees. Tus hijos no decidieron llegar a tu vida, así que por favor no los hagas sentir una carga. Además, le estás enseñando a quejarse ellos mismos de su vida y a menospreciar las bendiciones que tienen. Es decir que cuando les pregunten cuál ha sido su cumpleaños favorito ellos estarán demasiado ocupados recordando todo lo malo que les haya pasado en sus cumpleaños.
9. Siempre estás demasiado cansada
Ser mamá es muy cansado, es cierto, pero una buena madre aun así se toma el tiempo de conversar y jugar con sus hijos sin quejarse pues sinceramente lo disfruta. Si tus hijos ven que juntas tiempo y energías para tu entretenimiento, por mucho o poco que sea, pero no lo haces por ellos, ¿cómo crees que se sentirán?
10. Quieres que los eduquen por ti en la escuela
Este es de los más graves errores de una mala madre. Aunque los niños aprenderán muchas cosas en la escuela, eso no te exime de la responsabilidad de enseñarle buenos modales y habilidades básicas a tu hijo. Tienes que saber asumir la responsabilidad de tu hijo en vez de aventársela a la maestra. Y también tienes que saber cuándo es culpa de tu hijo en vez de acusar a la escuela.