Seguir una rutina de belleza es importante si queremos mantener en buen estado nuestra piel. Hay que ser conscientes de que la piel del rostro es más sensible que la de todo el cuerpo. Para mantenerla, debemos elegir los productos necesarios. También puedes apoyarte en algunos masajes para obtener mayores beneficios. Entre estos está el japonés llamado eishodo.
El frío causa arrugas
La revista Experimental Dermatology publicó un estudio japonés en el que aseguran que la resequedad de la piel en invierno es la principal causante de arrugas y envejecimiento cutáneo prematuro. La baja temperatura hace que disminuya el oxígeno y los nutrientes esenciales para las células. Cuando eso sucede, notas tu rostro opaco y grisáceo. Evitar eso es posible siempre y cuando se prepare la piel con hidratación, protección solar e higiene. Para complementar los resultados puedes recurrir al eishodo, masaje japonés con grandes beneficios.
Masaje eishodo
Este masaje funciona gracias a la digitopresión. Es decir, la presión que se ejerce en puntos específicos y neurológicos del rostro. El eishodo retoma elementos del shiatsu, otro masaje japonés. La técnica ayuda a lograr un desbloqueo energético en los canales naturales del organismo. También repara los tejidos y fortalece la musculatura subcutánea. El flujo sanguíneo mejora, al igual que el drenaje linfático. Notarás que la piel se desintoxica de manera profunda, mientras que los tejidos reciben suficiente oxigenación. La regeneración celular se da gracias a que se incrementa la producción de colágeno y elastina, responsables de mantener la elasticidad y tonicidad del cutis. Notarás menos flacidez y arrugas gracias a que se incremente la tonocidad, así como menores manchas.
Cómo se realiza
Los movimientos siempre son ascendentes, sin importar la zona que estés tratando. De esta manera se reeducan y reacomodan los músculos. Usa las yemas de tus dedos, con movimientos firmes y suaves al mismo tiempo. Aplicar el masaje en el cuello fortalece la piel y ayuda a eliminar la papada. Realiza al menos 15 repeticiones para notar resultados. En la papada y la barbilla efectúa 10 repeticiones. Para la boca, debes mover tus dedos como si marcaras una sonrisa por 15 veces. En las mejillas debes hacer suaves pellizcos 15 veces. Para los ojos los movimientos son más suaves, pues la piel es más delicada, por al menos 15 veces.