6 diferencias de vivir con la familia y vivir sola

Vivir con la familia a veces puede resultar complicado, pero no queda duda de que esas personitas siempre estarán para apoyarnos. Cuando vivía en casa de mi madre no me daba cuenta de muchas cosas, y ahora que vivo sola valoro todo eso. Hay veces en las que realmente extraño a mi mamá, pero ya que estoy afuera, sé que tampoco puedo regresar como si nada hubiera pasado.

Vivir con la familia o sola, ¿qué es mejor?

Es un hecho que al salir de la casa de mis padres logré independizarme de cierta manera. Aunque debo reconocer que a veces mi mamá me cuida a pesar de la distancia. También sé que así será mientras ella pueda, pues se preocupa por mí. Como te decía, ahora que estoy sola valoro cada momento que pasé en mi antiguo hogar.

1. Comida

Cuando vivía con mi mamá, era seguro que siempre había un plato de sopa esperándome en casa. Si de algo jamás se olvidó mi madre fue de darnos de comer. Incluso cuando estaba cansada, dejaba algo hecho para que todos comiéramos. Ya fuera lo más sencillo, como atún con verduras, hasta platillos más elaborados como un delicioso mole. En cambio, al vivir sola, tengo que cocinar y otras veces prefiero comprar algo ya preparado. Por no aprender a cocinar cuando estuve en casa, tengo que llamar a mi mamá para preguntarle cómo hacer ciertos platillos, o en otros casos, busco en internet.

2. Enfermedad

Vivir con la familia cuando estás enferma es mejor, pues ellos te auxilian en todo lo que necesitas. Yo que estoy sola, tengo que valerme por mis propios medios para salir adelante. Siendo honesta, cuando realmente me siento mal me quedo en casa de mi mamá para que ella me cuide. Sus apapachos ayudan mucho a que me sienta mejor.

3. Objetos personales

Recuerdo que una de las frecuentes peleas que tenía con mi mamá era cuando entraba a limpiar mi cuarto. Siempre me ayudaba a guardar mi ropa, tender mi cama y mantener en orden mi escritorio. Aunque a veces eso implicaba que las cosas quedaban en otro lugar después de limpiar. Yo me enojaba porque no hallaba mis cosas a la primera, pero al menos podía encontrarlas. Ahora que vivo sola, es un milagro si termino de recoger toda mi habitación. Hay veces en que el caos es tanto, que de plano no encuentro nada.

4. Economía

Creo que el único aspecto en el que he logrado llevar mi vida de una forma similar a como lo hacía en casa de mi mamá es el económico. Vivir con la familia implica encontrar maneras de ahorrar para las cosas que son realmente necesarias. Recuerdo que cuando me fui a vivir sola, al principio despilfarraba el dinero, pero después de una o dos quincenas me di cuenta de que no alcanzaba para lo que de verdad era importante.

5. Salidas nocturnas

Cuando vivía con mis papás, siempre establecían una hora de llegada o ellos iban por mí a donde fuera. Si llegaba más tarde de lo acordado entraba de puntitas para que no me descubrieran, aunque siempre terminaban dándose cuenta. Al vivir sola, puedo llegar a la hora que sea y nadie me dice nada. Lo que hago es avisarle a mi mamá cuando regreso, incluso si ella no me lo ha pedido.

6. Relaciones amorosas

Mientras viví en casa de mis padres pasé por algunas rupturas amorosas, y mi mamá siempre estuvo para consolarme. Me abrazaba, me daba consejos y todo mejoraba. Ahora me quedo sola en casa llorando y viendo alguna película, extrañando los apapachos de mamá.

Me queda claro que vivir sola es una experiencia grandiosa, pero también tiene un valor muy especial pasar tiempo con mis padres.