Si sigues comiendo comida chatarra sufrirás consecuencias graves

¿Quién no ha saboreado una bolsa de papas fritas con un refresco y luego un pastelito? Y ¿qué tal una pizza con extra queso para cenar y luego un helado cremoso? A veces, cuando estoy corta de tiempo, solo me detengo para comprar un café con que acompañar mi dona para desayunar. Me declaro culpable de consumir comida chatarra…

¿Por qué nos gusta tanto?

Nadie puede negar que su sabor nos engancha. Y cuanto más consumimos más queremos. Si te gusta, te habrás dado cuenta de que es casi irresistible. Ese es justo el problema. Cada vez deseamos más para satisfacer el centro del placer del cerebro que necesita esa descarga que esta comida provoca. Por eso, cada vez resulta más difícil negarnos a ella la siguiente vez. Por tanto, se vuelve una adicción, un círculo vicioso difícil de romper. 

¿Qué contiene la comida chatarra?

Para empezar, ningún nutriente, por eso se le llama así. No aporta ningún valor nutricional y sí cantidades estratosféricas de grasas, sal, azúcares y aditivos alimentarios, en suma: un montón de calorías.

Debes saber que para garantizar el buen estado de estos alimentos por más tiempo, se le añaden preservadores. Con el fin de realzar su sabor (a chocolates, caramelo o cualquier otro) se le agregan saborizantes. Para darle un mejor aspecto y que te resulte irresistible a la vista se le ponen colorantes. Además, si es un pastelito, galletas o postre semejante llevará azúcares en altas cantidades, sal y harina blanca. Además grasas hidrogenadas, casi siempre saturadas.

Comida rápida

Hamburguesas y pizzas, incluyen cantidades estratosféricas de grasas saturadas. La carne con la que están hechas lleva aditivos, como el glutamato monosódico, y la tatracina, un colorante.  Para preservar el sabor y color de las salchichas y el tocino de los hot dogs, se les adicionan nitrito y nitrato de sodio. Ambos preservativos pueden dar lugar a la formación de nitrosaminas que son compuestos cancerígenos.

Las consecuencias de ingerir comida basura

Si como yo eres una consumidora regular de este tipo de alimentos debes saber que su ingesta se ha relacionado con enfermedades y trastornos graves. Algunas de ellas son diabetes tipo dos, enfermedades del corazón (la mayor causa de muerte en mujeres), obesidad, caries y celulitis. De hecho, el colorante rojo 3 se le consideró carcinógeno, pero la presión de la industria alimentaria evitó que se prohibiera.

Que sea light o diet no quiere decir que sea bueno

La mayoría de los productos light, como refrescos, yogures y helados son endulzados con  aspartame, acesulfame K y sacarina. El problema de estos endulzantes artificiales es que han sido ligados a enfermedades graves. El aspartame con linfomas y leucemias. El acesulfame K con enfermedades renales y cáncer de tiroides. Ratas de laboratorio han desarrollado cáncer al ser alimentadas con sacarina. A los refrescos, además, se les adiciona cafeína para que sigan consumiéndolos, pues esta resulta adictiva.

Lo gordo de la grasa

¿Sabías que la mayoría de los productos empacados que llevan grasa, son elaborados con aceites parcialmente hidrogenados? Estos se añade en la elaboración de papas fritas, nachos y todas esas botanas. Manteca y margarina con que se preparan helados y postres cremosos también lo llevan. Hasta las palomitas de maíz del cine. El problema es que estas grasas son las más dañinas para el cuerpo.

¡Ah! También se les añaden vitaminas y minerales para que se les considere alimentos saludables. Pero es un engaño y tu cuerpo lo sabe. Tras un consumo regular de esta comida chatarra, subirás de peso. Tu cabello perderá su brillo y se volverá grasoso o escaso. Tu piel no estará debidamente oxigenada y perderá su tersura y aparecerán barritos, acné y arrugas prematuras… Bueno, para quitarnos el mal sabor de boca sugiero un coctel de fruta de la estación. Nada como las frutas par recibir vitaminas y minerales de verdad.

¿Te apuntas?