En las diferentes etapas de vida has experimentado diversos patrones de sueño. De pequeña dormías lo suficiente, pero conforme fuiste creciendo eso cambió. Puede que ahora seas noctámbula y no lo sepas. Debes saber más al respecto, pues no es nada bueno para tu salud.
Definición de noctámbula
Se les considera noctámbulos a los seres que acostumbran realizar sus actividades por la noche. Principalmente si se trata de actividades recreativas o actividades que hacen normalmente durante el día.
El sueño a lo largo de la vida
Seguramente tus padres pasaron muchas preocupaciones por los diferentes tipos de sueño que experimentaste en diversas etapas de tu vida. Cuando eras pequeña te despertabas temprano y en la adolescencia no querías despertarte. Quizás era molesto, pero debes recordar que el objetivo de que los niños durmieran bien era apoyarlos para que su desempeño fuera correcto. Así logran tener la sincronía necesaria para desarrollar sus actividades y exigencias del día a día.
Por qué es importante estar en sincronía
Al estabilizarte en un estilo de vida noctámbulo, no logras estar en sincronía con lo que te rodea. Tu organismo sufre un desequilibrio al pasar más horas de las debidas despierta y sufres demasiado letargo diurno. Por esto, tu cuerpo no termina de asimilar cómo llevar a cabo sus actividades porque no tienes marcada una rutina.
Para muchas situaciones las rutinas tal vez sean perniciosas, por ejemplo en una relación; pero para el organismo es algo vital. Tu cuerpo se rige por un reloj biológico, operado por el cerebro, que controla los ritmos cardiacos. Cada reloj biológico es variado e irá cambiando conforme crecemos. En la infancia tendemos a realizar todo por las mañanas. Después vamos realizando todo de manera nocturna porque queremos vivir al máximo la adolescencia.
Ser noctámbula no es tan buena idea
Un período de sueño corto no es bueno, pues es un factor importante para el bienestar emocional y conductual. Incluso en algunos casos se generan comportamientos de alto riesgo, desde drogadicción y alcoholismo hasta riesgos financieros.
Como puedes ver, no sólo importa cuánto duermas, sino cuándo y en dónde lo haces. Piensa bien cómo afecta ese estilo de vida, pues seguro no quieres seguir dañando tu salud.
