Lo que le pasó a mi cuerpo cuando deje las dietas para siempre

Cuando deje las dietas para siempre. Mi viaje con el odio a la comida comenzó de muy pequeña, cuando a eso de mis 13 años descubrí en el refrigerador las gelatinas para bajar de peso de mi madre. Como una niña o preadolescente que era en ese momento, la idea de bajar de peso no tenía ningún sentido para mi. No obstante note la felicidad de mi madre unos meses después cuando ya le cerraban unos pantalones que se había comprado…

Cada chica tiene su propia historia con la comida

Ciertamente la mía se convirtió en algo grave con el pasar de los años. A pesar de que era la capitana de mi equipo de baloncesto y practicaba patinaje artístico, lo cual me causaba un hambre tremenda y mucho más siendo una adolescente en pleno crecimiento. Voy a resumir mis problemas alimenticios a que comía justo lo necesario. Cuando llegue a la universidad y mi actividad física tuvo que bajar dramáticamente por cuestiones de estudio, mi cuerpo lo resintió. Ahí comencé el largo trayecto cada mañana a la bascula para aterrorizarme por los gr extra, el kilo extra por las cubas del fin de semana, etc.. Termine fumando una cajetilla diaria para quitarme el hambre, cenando hielo y muchas otras barbaridades para seguir en el “peso ideal”. Con los años me di cuenta de lo tonta que era al matarme de hambre, no rendía en la escuela, ni en el gimnasio y casi todo mi tiempo libre la pasaba durmiendo.

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¿Cómo salí de eso?

Me encantaría decirte que fui a terapia y con una nutricionista, pero mi presupuesto no alcanzaba ni para taparme las muelas que amole con mis trastornos alimenticios. Lo que pasó fue que encontré muchos libros de autoestima en línea, devore varios de ellos y empecé a comer puros vegetales pensando que eso me ayudaría a nutrir mi cuerpo de nuevo. Deje de darle tanta importancia a mi alimentación y comencé a enfocarme en otros aspectos de mi vida hasta que en pocos meses la salud parecía haber regresado a mi cuerpo. Claro, no toda, pero me sentía y me veía mucho mejor. Comencé de nuevo con ejercicio y una alimentación… mm lo más adecuada que se podía estando en la universidad. Aunque ya no tenía trastornos de alimentación pocos meses después de que acabe la universidad.

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Lo que le pasó a mi cuerpo cuando deje las dietas para siempre

Tuve varios detonadores después de la universidad, en la nueva oficina las chicas solo hablaban de dietas. Eso provocó que mis ganas de bajar de peso regresaran, afortunadamente en ese momento tenía muchas cosas mucho más importantes en mi cabeza que las dietas. Entonces conscientemente me di cuenta que enfocar mi energía hacia otra parte hacía que mi cerebro no se obsesionara con la comida. Fue de esa forma que deje las dietas para siempre y ¿ que le pasó a mi cuerpo? De acuerdo a la época del año y por supuesto a la cantidad de ejercicio que haga fluctuó. Me he dado cuenta que con los años, he ganado peso asumo que es parte del ritmo natural de mi vida y aunque no subí gran cantidad de peso, mis exámenes anuales médicos han salido bien.

La salud es lo que importa

Con la moda del body positive, me quede pesando en que una prueba medica me haría saber realmente si el estilo de vida que adopte era completamente funcional. O me estaba engañando a mi misma. Así que me hice exámenes, los cuales salieron prácticamente perfectos. Deje de pensar en ese numerito del “peso ideal” . Venga es solo un número, aún con las curvas que hoy tengo los vestidos se me ven increíbles. Me siento fuerte, tengo un cuerpo sano y funcional que es lo que importa.