Si las personas enfermas disfrutan cada día, ¿por qué nosotras que estamos bien no lo hacemos?

Cuando vemos personas enfermas a nuestro alrededor, nos preocupamos. Sabemos que estar enfermo muchas veces significa algo malo. Todas las enfermedades que deben ser tratadas para que la paciente pueda seguir adelante. Hace algunos meses un ser muy cercano a mi familia fue diagnosticado con cáncer. Sí, cáncer, una palabra que al ser escuchada produce escalofríos.

Cáncer

A mí me produce muchos escalofríos y dolores de cabeza porque mucha gente cercana se ha ido a consecuencia de esta enfermedad. Por fortuna, conforme pasa el tiempo, la ciencia y la tecnología avanzan a pasos agigantados en los descubrimientos respecto a este mal. Sin embargo, el hecho de saber que alguien cercano lo tiene, es como un balde de agua fría sobre mí.

Debes asimilar todo

A pesar de que tú no eres quien ha sido diagnosticado, es una situación dificil de asimilar. Aunque no lo desees, mucha ideas negativas y positivas invaden tu mente. Lo más difícil es que aunque te estés debilitando por dentro, debes mostrarte fuerte para que esa persona luche con todas sus fuerzas por salir adelante.

Aprende a vivir como las personas enfermas

La persona cercana a mí comenzó un tratamiento en el que le inyectaban un medicamento en la zona del estómago. Pasó un tiempo, pero el cáncer seguía ahí, por lo que le dijeron que tendrían que recurrir a las radiaciones. Empezó hace poco y me pidió que la acompañara a la primera sesión. Debo reconocer que antes de que llegara la cita, estaba un poco preocupada, tenía miedo y me sentía extraña.

Mi perspectiva cambió

El día que fuimos al hospital todo cambió para mí, pues lo que vi no era nada de lo que esperaba o imaginaba. Al llegar a la zona de Cancerología, entramos al apartado en donde se hacen las radiaciones. Desde que puse un pie dentro de esa sala, una vibra increíble me invadió por completo. Justo en ese momento despedían a un señor que había terminado sus radiaciones y había vencido al cáncer. Todos los pacientes que esperaban pasar a consulta o a su radiación, le gritaban emocionados. Lo despedían con mucho gusto, deseándole lo mejor. Fue en ese momento que entendí todo.

Una segunda oportunidad

Comprendí que esas personas saben que la vida les ha dado una segunda oportunidad. Han decidido tomarla entre sus manos y aprovecharla al máximo. Debido a eso se miran con gusto, como amigos de mucho tiempo. Platican como si se conocieran de toda la vida y cada vez que llega alguien nuevo, se portan muy amables. La verdad es que no esperé encontrarme con una imagen así, pero creo es mejor que cualquier cosa que pude tener en la mente. Eso me dejó en claro algo: debo aprovechar todos y cada uno de los días que siga aquí. Vivir al máximo, disfrutar cada momento con las personas que amo y no esperar a que me pase algo de esa magnitud para comenzar a vivir.