El agua es fundamental si queremos mantener en buen estado nuestra piel, pues es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Recordemos que está expuesta a las agresiones del clima y la contaminación. Por lo tanto, necesita mantener estables sus niveles de hidratación para desempeñar su función y lucir bella. Además, hay otros factores que afectan la epidermis y causan envejecimiento prematuro como el cigarro y el alcohol.
Como sabemos, el agua es el principal componente en el cuerpo y es un factor clave para lucir una piel hermosa y sana. Nos ayuda a limpiarla, hidratarla y oxigenarla, además de que elimina las toxinas. Gracias a esto, podemos prevenir algunas enfermedades.
La piel, órgano vital del cuerpo
La piel es un órgano sensible que se puede afectar por el contacto frecuente con fragancias y detergentes, por la contaminación. Incluso el estrés puede alterar su composición y causar grietas.
No olvidemos que las temperaturas extremas resecan la piel, porque el estrato córneo se daña y no puede realizar de manera adecuada su función de barrera. La capa externa de la epidermis está compuesta por células que contienen queratina. Éstas proporcionan mayor flexibilidad e hidratación. El daño causado por la acumulación de células muertas en la capa externa causa resequedad.
Una esponja cuando no está en contacto con el líquido se ve seca y áspera y cuando tiene agua su aspecto es blandito y delicado. Lo mismo pasa con tu piel. Cuando está en contacto con el agua luce suave y tersa.
Agua, un elemento esencial
El agua es fundamental para que nuestra piel esté saludable. Cuando el cuerpo está hidratado, el tono de la piel es firme. Además, mejora tu salud en todos los aspectos.
Si tu piel está deshidratada, lucirá un aspecto áspero, seco y agrietado. La noticia es que puedes evitar ese aspecto con una buena hidratación y la aplicación de cremas. También debes sustituir las bebidas azucaradas y el alcohol por agua natural. Un modo de lograrlo es cargar siempre una botellita de agua, sobre todo si estarás expuesta al sol.
Hidrátate por dentro y por fuera
Una piel sana siempre tendrá un aspecto luminoso y con mucha vitalidad. Para lograrlo, además de beber agua suficiente, aplica en tu epidermis cremas hidratantes. Estas ayudan a proteger la tez de las amenazas de los cambios climáticos.
El cuerpo, como el planeta, en su mayor parte está compuesto de agua. Así que no esperes a tener sed para ingerir el líquido vital. Bébela de manera regular eso es bueno para ti: actúa como diurético y previene la retención de líquidos.
Como pudiste observar, no es nada complicado presumir una piel hermosa. Sólo es cuestión de ser disciplinada y beber suficientes líquidos durante el día. ¡Ama y cuida tu cuerpo!