Cada día es más evidente en el mundo la conexión entre cuerpo y mente cuando de problemas de salud se trata.
Esta teoría es aceptada cada vez más pues el estrés emocional se refleja en problemas físicos.
Normalmente, en la medicina occidental lo primero que el médico hace es darte una cura para tus síntomas.
En vez de encontrar la raíz del problema y atacarla desde el fondo.
Gracias a esta conexión, hay ciertos síntomas que en realidad son “señales de alarma” que tu cuerpo emite para llevar tu atención a un problema. Por eso es necesario aprender a escucharlo antes de que sea muy tarde. Si tienes alguna de estas señales, ¡no las debes ignorar!
Tu lengua.
Si está blanca o amarilla, está reflejando directamente que el aparato digestivo no está funcionando correctamente. Ya sea porque se ha sufrido de gastritis, colitis, estreñimiento o tu alimentación no ha sido la correcta. En este caso, es necesario consultar a un gastroenterólogo para que te diga cuál es la solución personal a ese problema. De todos modos, hacer un enema mínimo una vez al mes puede hacer gran diferencia en los problemas digestivos.
Tus manos.
Tus dedos dicen muchísimo de tu estado de salud. Si presionas tus uñas y la piel debajo se vuelve blanca pero se queda así más de un minuto, es probable que tengas anemia. Si la piel se enrojece, es señal de problemas de presión sanguínea. Si los dedos están hinchados, puede ser hipotiroidismo. Y si detectas sudor excesivo en las palmas, puede indicar problemas hormonales o de estrés. Así que no dejes de checar cualquier anomalía que encuentres en tus manos.
Sistema respiratorio.
El estrés o la incapacidad de manejarlo se ve reflejado en nuestra salud. El estrés emocional especialmente, se ve reflejado en enfermedades respiratorias. Ya sea porque esta gran tensión nos baja las defensas o porque la única forma de que el cuerpo se cure es “sanándolo con enfermedad”. Hay que poner atención a qué tan seguido nos enfermamos. Ya sea de un resfriado, de tos o asma porque es una señal de estrés emocional contenido.
Los pies.
Esta área es muy específica respecto a las dolencias o malestares del cuerpo: la planta de los pies está conectada con todo el cuerpo. Así es que los pies, aunque casi nadie les presta atención, son un indicador de que algo anda bien… o mal.
Si se observa la planta de los pies y hay partes endurecidas, se relaciona con órganos que también están endurecidos. De igual forma, los juanetes indican problemas con la espina dorsal. Así como el cambio de coloración nos indica presión sanguínea alta o síntomas de gota. Es importante conocer los puntos que afectan cada órgano desde la planta del pie para poder saber cómo atacar estos malestares.
Pérdida de peso inexplicable.
Ya sea por estrés, falta de sueño o enfermedades más grandes como la anemia o el cáncer, este síntoma no debe pasar desapercibido, ya que si se lleva una dieta balanceada, la pérdida de peso no está justificada y se debe corroborar por qué sucede esto.
Es importante escuchar a tu cuerpo cuando te habla de manera repetitiva sobre un síntoma.
No olvides consultar a tu médico de confianza.
Él te puede decir cuál es la mejor alternativa para que tu cuerpo esté sano y radiante.