Es normal que luego de una infidelidad sientas que el mundo se te viene abajo. No entiendes por qué pasó eso, por qué la persona que decía amarte terminó lastimándote de esa manera. Sí, es un gran bache del que pensamos que no saldremos jamás. Sin embargo, conforme pasa el tiempo, aprendemos a ver las cosas de otra manera y tenemos muchos aprendizajes. Logramos obtener paz mental y eso es algo que nadie más que nosotras mismas podemos darnos. No te desanimes, es sólo un obstáculo que te ayudará a ser más fuerte.
Comprendes que no fue tu culpa
Al principio, cuando te enteras de la infidelidad, crees que es causa tuya. Piensas que no diste lo suficiente para tu relación y que por eso te pusieron el cuerno. ¡Grave error! La realidad es que una infidelidad sólo es culpa de quien decide hacerla. Si tu pareja decidió meterse con alguien más estando contigo, sólo es su culpa. No supo valorar a quien tiene a su lado. Además, considera que lo que empieza con una infidelidad nunca tendrá un buen final.
Cada quién está donde quiere estar
Como dije, si él decidió ser infiel, sabía perfectamente lo que hacía. Nadie lo obligó a meterse con alguien más y no respetar la relación que tenía contigo. Tu paz mental te ayudará a comprenderlo poco a poco. Tampoco esperes que de un día para otro las cosas cambien y tengas un chip de positivismo. No, todo a su paso. Tranquila.
Ya llegará algo mejor
Luego de tener una decisión así, será bueno que tengas un tiempo para ti. Descubre qué quieres, analiza y trabaja todo eso que sientes antes de que decidas relacionarte con alguien más de manera amorosa. El tiempo sabrá el momento indicado en que alguien llegue a tu vida.
