Los brasieres siempre han sido todo un tema para mí y no uno bueno. La verdad es que siempre me han parecido incómodos, estorbosos y siempre tengo problemas para encontrar la talla indicada. Por eso, un buen día decidí utilizar bralettes. Te aseguro que mi vida cambió completamente. Esta es la historia de cómo le dije “adiós” a mi brasier y “hola” a la comodidad y sensualidad del bralette.
La historia de mis bubis
Soy una chica muy delgada aunque bien proporcionada. Por tanto mi busto es pequeño, pero firme, en consecuencia, no necesito tanto soporte como las chicas de busto grande. Además, los brasieres jamás me quedaban bien del todo. Ya fuera por el ancho de la espalda o la profundidad de las copas, siempre me quedaban muy grandes o muy pequeños. Intenté con todos: de copa mediana, strapless, deportivos, balconet, multiposición,etcétera. Ninguno se ajustaba a mis necesidades. Inclusive con el push up me iba mal. Sentía que iba cargando bultos en mi pecho. Uno de mis mejores amigos siempre me decía que tal vez mi solución era dejar de usar brasier. Siempre me tentaba la idea, pero de sólo imaginarme ir así por la escuela, me daba pavor…
Un buen día comencé a usar bralettes
Cada vez que iba a comprar ropa pasaba por la zona de lencería y terminaba enamorada de los bralettes. La verdad es que son sumamente sensuales, coquetos y femeninos, por ello siempre compraba un par. Cuando llegaba a casa lo primero que hacía era quitarme el bra y ponerme mi nueva adquisición. Por tanto, comencé a utilizarlos en mi casa cuando no tenía que salir a la calle. De esa manera me iba acostumbrando a la forma en que esta prenda hacía lucir mi busto. La verdad es que descubrí algunas cosas:
- El mito de las bubis redondas. No me mal entiendan, hay chicas que tienen senos redondos y firmes, claro. Sin embargo, es obvio que el peso de nuestro senos hace que caigan un poco y no hay nada malo en ello, al contrario, es su forma natural.
- El tamaño no importa. La verdad es que en algunos momentos de mi vida me incomodaba el tamaño de mis senos. Especialmente cuando una amiga mencionaba lo “pequeños que eran”. Sin embargo, con el paso del tiempo me di cuenta de que no había nada malo en su tamaño, pero sí en mi actitud. Mi cuerpo es hermoso por el simple hecho de ser mío y mantenerme viva y sana.
- El busto pequeño también es sexy: Los senos son bonitos en todos sus tamaños y formas. Sólo debemos cuidarlos adecuadamente mediante la alimentación, la ropa que usamos, ejercicio y algunos tratamientos. Además lo más seductor de una mujer es su actitud.
Adiós al brasier
Tras usar el bralette en mi casa por unos días, decidí utilizarlo en la escuela y decirle adiós al brasier. El primer día pensé que todo el mundo notaría que no lo llevaba. Sin embargo, esa idea estaba en mi cabeza pues nadie hizo algún comentario al respecto. También noté que estaba menos cansada al regresar a casa y que tenía más libertad de movimiento. Además, me sentí más sexy que nunca, podría decirse que había encontrado mi prenda perfecta. Sin embargo, cuando comencé a trabajar regrese al bra y he de admitir que este también tiene sus ventajas. Pero esas te las cuento en otra ocasión.