#YoTambién, el movimiento que desencadenó el productor de cine Harvey Weinstein por acosar a actrices de Hollywood

Hollywood aparentaba ser el cielo para muchas actrices; sin embargo, a finales de 2017 salió a la luz que Hollywood se volvió el infierno en la tierra para varias de las más aclamadas musas del Séptimo Arte. ¿La razón? Las estrellas de cine denunciaron que fueron víctimas de acoso sexual y hasta violación por el productor de cine Harvey Weinstein. Como era de esperarse, la bomba estalló y muchas actrices dieron pie y se sumaron al movimiento #Metoo (#YoTambién, en español).

De productor a acosador

Harvey Weinstein empezó su carrera en la década de los ochenta. Él y su hermano Bob fundaron una pequeña distribuidora de cine independiente: Miramax. ¿Te suena ese nombre? Resulta que esa productora se convirtió en el principal estudio independiente de Estados Unidos. Es decir, prácticamente todas las películas pasan por manos de este magnate, situación que aprovechó para acosar a numerosas actrices o aspirantes.

La punta del iceberg

La punta del iceberg fue expuesta por la actriz Rose McGowan, quien denunció que Harvey Weinstein la acosaba. A esta acusación se sumaron las de sus homólogas Ashley Judd, Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow y Asia Argento. Esta última incluso acusó al magnate de violación. Pero esto no es todo. Tras las acusaciones, numerosas figuras de Hollywood admitieron que sabían de su modus operandi, pero nunca hicieron ni dijeron nada para frenarlo…

Aprendió a decir no a su “monstruo”

Entre las actrices que denunciaron al productor destaca Salma Hayek, quien recordó que fue víctima de acoso sexual mientras filmaba la película sobre Frida Kahlo. A fin de ir tras sus sueños, Salma Hayek empezó el proceso para producir la película. Luchó para llevarla con Harvey ya que Miramax era “un refugio para artistas que eran complejos y desafiantes”. “En mi ingenuidad pensé que había cumplido mi sueño. (Harvey) había validado los últimos 14 años de mi vida y había apostado por mí, la ‘nadie'”, recuerda la actriz. Pero lo que ella no sabía era que pronto aprendería a decir que no. “No” a abrirle la puerta a cualquier hora de la noche en el hotel; decir “no” a bañarse con él, “no” a dejar que le hiciera sexo oral.

Una sobreviviente

Salma Hayek admitió que se “lavó” el cerebro para convencerse de que los acosos de Harvey Weinstein habían finalizado y era, es, una sobreviviente. El silencio de la actriz fue una manera de protegerse porque “explicar lo ocurrido era un desafío”. Es decir, se trataba de uno de los hombres más importantes de Hollywood. Pero eso no fue todo, Salma mantuvo una relación cordial “con un hombre que me hirió“, con el hombre que se volvió su “monstruo”.

Hace frente a su “cobardía”

Sin embargo, la actriz expresó que al ver que varias mujeres contaron lo vivido con el productor, tuvo que enfrentar su cobardía y aceptar su historia. “Y aunque fuera tan importante para mí, no era más que una gota en un océano de pesar. Sentí que a estas alturas a nadie le iba a importar mi dolor. Quizá era un efecto de todas esas veces que me dijeron, especialmente Harvey, que no era nadie”.

No al más #YoTambién

Tras las acusaciones, la presentadora de televisión estadounidense Oprah Winfrey dio un emotivo discurso en la entrega de los Golden Globes. “Quiero reconocer a todas las mujeres que sufrieron abusos y siguieron adelante porque tenían hijos que mantener, cuentas que pagar y sueños que perseguir. A todas las niñas que nos están viendo quiero decirles que hay un nuevo día en el horizonte. Cuando ese día finalmente llegue, será gracias a esas mujeres y hombres que habrán luchado para convertirse en los líderes que nos llevarán al tiempo en el que nadie más tenga que decir #YoTambién”.

Un reflejo de la sociedad

Lo cierto es que ese panorama no es exclusivo de Hollywood, sino que es un reflejo de lo que viven miles de mujeres en todo el mundo. Es un reflejo de un problema social que siempre ha estado presente. La diferencia es que ahora unas cuántas mujeres están alzando la voz para decir #YoTambién.

¿Hasta cuándo?

Mi pregunta es: ¿hasta cuándo? Para mí, la respuesta es fácil: hasta que la sociedad lo quiera. Las cosas no cambiarán si seguimos haciéndonos de la vista gorda y si no hay solidaridad ni empatía entre las personas. Todo seguirá igual si decimos: “Ya pasé por eso, ahora te toca a ti y tienes que aguantar”. ¿Aguantar? ¿En serio? ¡No, nadie tiene que aguantar nada ni exigir una de las cosas básicas de la vida: ser respetada!