Salir de una relación seria o larga requiere un duelo bastante largo.
Es normal sentirnos nerviosas o incluso no querer intentar salir con otro alguien por la desagradable experiencia con el antiguo sujeto. ¡Pero la vida no se detiene! Si tú no haces nada por ti misma, nadie lo hará por ti. A pesar de que tus amigas te arrastren al ruedo, es una cuestión personal poner de nuestra parte para poder comenzar de nuevo. No juzgues a todos los hombres por un sólo hombre que te falló, este pensamiento solo hará que te cierres a buenas experiencias.
El proceso no es fácil, pero podemos ir tan lento como sea necesario…
Acepta tus emociones, no las evites.
Después de una ruptura sentimental, la ira, el dolor y la angustia se encuentran presentes cada vez que pensamos en tener una nueva relación o siquiera salir a conocer gente nueva. No huyas de estos sentimientos, la forma más sana de deshacerte de ellos es aceptarlos y depurarlos. Las emociones de este tipo hay que vivirlas y dejarlas ir llegando el tiempo, pero engancharnos a ellas nos puede hacer tener un duelo mucho más largo del necesario. Tómate tu tiempo, sólo procura que no sea demasiado.
Aprende de la experiencia.
Deja que la ruptura sea una experiencia que te haga crecer. Siempre hay que sacarle algo bueno a lo malo. Entiende los errores que se cometieron en la relación para que en no los vuelvas a cometer con tu siguiente pareja, desde la elección de dicha pareja. El odio y rencor que podemos tenerle a nuestro ex es parte de un pasado que tendremos que aceptar. Avanzar es la única opción en este punto, aprender y dejarlo ir habla mucho acerca de nuestra capacidad para madurar.
Perdonar y dejarlo ir.
Algunas personas afirman que el odio envenena. Todo lo que pasamos con nuestro ex puede ser un constante tormento que llevaremos dentro el resto de nuestra vida o, como ya expusimos antes, puede ser una enseñanza que nos permita ser mejores. Perdonar nos hace bien a nosotras mismas. Mientras sigamos teniendo presente ese odio, es obvio que el ex tendrá poder sobre nosotras y nos seguirá hiriendo, controlando nuestro estado de animo. Además de que el odio causa estrés que puede darnos un sinfín de enfermedades que estoy segura no nos gustaría tener. Perdona y déjalo ir, es parte del duelo…
¿Y qué nos queda?
El vínculo con alguien con el que tuvimos una relación, nunca se borra por completo. Más bien, evoluciona. Será un ex para siempre, por supuesto de manera casi imperceptible en nuestra vida, salvo el recuerdo de algunas cosas. Nunca te arrepientas de una mala relación. Los malos y buenos momentos forjan nuestro carácter y nuestra vida, aceptar y quedarnos con lo bueno aunque sea un “no lo vuelvo a hacer” es lo más sano que podemos hacer para seguir adelante. Una vez que lo hayas aceptado, dejarás el odio atrás, cerrando el circulo vicioso que probablemente hemos tenido por meses.
Lo que te queda por vivir…
Después de una ruptura, nuestra vida puede ser un montón de pedacitos que no alcanzaras a recoger del piso en una sola movida. El tiempo que pasarás sola será largo y los recuerdos te absorberán por algunos instantes. En el momento en el que decidas salir del duelo, después de haber llorado todo lo que tenías que llorar, ocupa este tiempo para reconstruirte. Explora nuevas posibilidades, tienes mucho tiempo libre, ¡aprovéchalo! Prueba nuevas cosas que no habrías podido probar por estar en la zona de confort, ahora debes de avanzar forzosamente. Encuéntrate de nuevo a ti misma antes de querer salir con alguien más.
Disfruta de tu vida…
No intentes salir del duelo empezando una nueva relación, así no funcionan las cosas. ¿Cuál es la prisa? Para empezar a salir de nuevo, primero debes de reconstruirte a ti misma. Refuerza tu amor propio, date un tiempo para amar tu soltería y madurar. Así la siguiente relación que tengas será con alguien mejor. Para ese entonces serás dueña de tu vida y nadie podrá quitarte la felicidad que tú misma te has creado.