Ventajas y desventajas de ser una mujer mimada

Una mujer mimada siempre obtiene lo que quiere, está rodeada de muchas personas, es feliz y la más popular. ¿Te identificaste? Entonces eres una de ellas, y sí, parece ser divertido, pero también tiene sus desventajas. ¿No me crees? ¡Conócelas!

Ventajas

  • Eres la más consentida: Estás tan mimada, que las personas que te rodean te consienten con pequeños detalles o grandes acciones. Te sientes como la princesa del lugar, pues siempre hay alguien que quiere verte feliz. Tu felicidad es importante para los demás que hacen lo imposible para que te sientas así. Incluso cuando los planes no salen como esperabas y te molestas sabes que alguien lo compensará.
  • Le importas a las personas: Por alguna razón eres muy especial para algunas personas. Ellos también te importan, pero siendo realista prefieres ser la más amada e importante del grupo.
  • Siempre obtienes lo que quieres: ¿Quieres una taza de café? ¡La tienes! Así como cualquier otra cosa no tan costosa que deseas en ese momento, eres capaz de conseguirla mediante otras personas. Pero cuando no sucede así entras en un estado de ira, negación y orgullo mejor conocido como berrinche. En el fondo sabes que hacer un berrinche hará que alguien trate de contentarte. Un pequeño truco de una mujer mimada para siempre obtener lo que quiere.

Desventajas

  • Te vuelve inútil: En pocas palabras ser una mujer mimada te vuelve un poco inútil. Ya que no eres capaz de hacer las cosas por ti misma, dependes de los demás y no has podido descubrir en qué eres buena. Nunca haces los retos sola, pues si tienes una meta llegarás a ella con ayuda de alguien. Por si fuera poco, no has podido encontrar en qué eres buena o lo que más te gusta.
  • No tienes seguridad en ti misma: Definitivamente te sentirías sola e incapaz de muchas cosas si no tuvieras a las personas que te quieren cerca de ti.
  • Te cuesta tomar decisiones por tu cuenta: Estás tan acostumbrada a que los demás decidan por ti, que eres incapaz de hacerlo por ti misma. Hasta para las decisiones más importantes de tu vida consideras más la opinión de los demás que la tuya. ¿Realmente quieres eso?
  • Dependes de los demás: ¡Super obvio! Tu diversión depende de salir con tus amigas y sin ellas no sabrías divertirte sola; ¿me entiendes?