La vagina es el órgano sexual en las mujeres sinónimo de su género y feminidad. No solo es importante porque forma parte de la zona reproductiva, sino también como fuente de placer. Hay algunas excepciones en las que las chicas nacen sin ella, pero ese es otro tema. Sin embargo, ¿te has percatado de que este órgano jamás ha sido llamado por su verdadero nombre? En muchas ocasiones has hablado de ella, sin decir como tal “vagina”. ¿Por qué?
La vagina a través de los años
Por alguna extraña razón optamos por usar palabras inimaginables para referirnos a los genitales. Pareciera que queremos poner un seguro a algo “prohibido”, pero ¿qué tal a la hora de la pasión? Ahí si nadie se espanta ni respinga. Ponte a pensar qué sobrenombres has escuchado cuando alguien se refiere a la vagina. Seguramente han sido muchos, demasiados, pero por qué nos da miedo llamarla como es. Algunos de los apodos más comunes son: pucha, papaya, tesorito, concha, pepa.
Vagina, vagina, vagina
No te ruborices por leer esta palabra, no te va a pasar nada, y tampoco sucederá si la dices. La cuestión de por qué le ponemos apodos es porque creemos que suena fuerte o vulgar. Esto no es culpa nuestra, sino de quienes están detrás de nosotras. Desde niñas muchas veces nuestra madre, tías o abuela nos decían “déjate tu cosita”. “No te metas la mano en tu mariposita”, y crecimos con esa idea. Pensábamos que era malo decir “la palabra”, incluso nos sonrojábamos cuando oíamos a alguien más decirla.
Deja atrás los tabúes
Al crecer la historia sigue, aunque con diferentes apodos. Ahora le conoces como “parte íntima” o “zona V”. Necesitamos quitar los tabúes a nuestro cuerpo y a nuestros órganos sexuales tanto hombres como mujeres. Debemos aprender a llamarlos por su nombre y sin pena. Mujeres, les presento a su vagina; hombres, les presento a su pene. Ambos, órganos maravillosos en el desempeño sexual. Quiéranlos y llámenlos por su nombre.